Economía

Más presión para la cesta de la compra: la industria alimentaria ha elevado un 30% sus costes en 2022

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Industria alimentaria

Los precios de la energía han sido un factor determinante para el encarecimiento de los alimentos, pero no han sido el único. Los fertilizantes o los aceites han aumentado los costes de la industria alimentaria en un 30%, mientras que los del sector primario se han disparado en casi un 50% en 2022. Una situación que añade más presión aún a la evolución que va a experimentar el precio de los alimentos durante este año.

En el último análisis de CaixaBank Research, se muestra como el encarecimiento de los alimentos va más allá del alza de los precios de la energía y refleja, por ejemplo, el encarecimiento de fertilizantes -clave para el sector primario- o del aceite, muy relevante en los alimentos procesados. Este incremento generalizado de las materias primas ha llevado a que en diciembre del pasado año los precios de alimentos frescos registraran un incremento del 11,4% interanual, y el de los alimentos con elaboración, del 16,4%, siendo los componentes que más contribuyeron a la inflación general.

En el sector primario, se observa que los destacados aumentos en los precios de fertilizantes y piensos están presionando al alza los precios de consumo. La adquisición de ambos productos supuso el pasado año el principal coste de producción para el sector primario, que dedicó un 24% de sus ingresos a costear su adquisición -el 18% para piensos y el 6% para fertilizantes-. Según datos del observatorio MAPA de precios agrarios del mes de octubre de 2022, los precios de los piensos acumulan un incremento del 57% con respecto a octubre de 2019 y el de los fertilizantes se ha multiplicado por 2,3 en el mismo periodo.

Por otro lado, en la industria alimentaria, dos de los principales consumos intermedios son las materias primas agroalimentarias y, en segunda instancia, los aceites vegetales, presentes en la gran mayoría de productos alimentarios procesados. Para la compra de ambos tipos de productos, en 2019 la industria dedicó un 37% de sus ingresos. El alza de precios de ambos productos han sido también destacables: el precio de venta en origen de los aceites vegetales, según el observatorio MAPA, creció un 68% entre los octubres de 2019 y 2022, mientras que el precio de las materias primas agroalimentarias se incrementó un 53%.

De esta forma, si se suman todos estos factores -costes intermedios y salariales de los sectores agrícola y alimentario, el aumento de precios de cada producto y el incremento de costes laborales unitarios en cada sector, se extrae que, sin tener en cuenta el incremento de costes de otros productos, los costes de ambos sectores se habrían incrementado sustancialmente desde 2019: un 47% en el sector agrícola y un 29% en la industria alimentaria.

Precios de la energía

A pesar de que el incremento de los precios de la energía se ha dado la vuelta en diciembre -el componente de energía del IPC registró una caída del 6,9% interanual- desde el centro de estudios de CaixaBank prevén que los precios de la energía seguirán sumando a la inflación en 2023, aunque en este caso de manera indirecta. Así, los aún elevados precios de la energía han incrementado los costes de producción de muchas empresas, que se están viendo forzadas a transmitir esta alza de costes a sus precios de venta, al menos parcialmente. Desde diciembre de 2019 hasta diciembre de 2022, el incremento de precios de todos los productos con una exposición baja a los costes energéticos fue del 5,3%, mientras que en los productos con exposición media fue del 7,1% y en los de exposición elevada, del 11,8%.

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