La Autoridad Fiscal critica la «credibilidad de las finanzas públicas» que «no cumplirán el déficit»
El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, ha asegurado este jueves que «existe todavía un déficit de credibilidad en las finanzas públicas españolas», entre otras cosas, por la ausencia de «un plan presupuestario realista y creíble a medio plazo».
Durante una conferencia en Fedea, Escrivá ha dicho que un síntoma de esa falta de credibilidad está en tener una prima de riesgo similar a la de Italia, cuando España tiene menos deuda, mayor margen de ingresos y una economía más dinámica. En su opinión, la falta credibilidad se debe «tanto al peso del pasado como a las dudas sobre el futuro».
Respecto al peso del pasado, se ha referido a la falta de credibilidad por «la ausencia de un historial de superávit primarios suficientes para conseguir una deuda sostenible», así como por la dinámica expansiva de la deuda pública desde el inicio de la crisis, «a pesar del esfuerzo realizado en el periodo 2009-2015 en un contexto económico muy difícil».
Para bajar la deuda al límite del 60% del PIB marcado por la UE, Escrivá ha afirmado que es fundamental alcanzar superávit primarios (sin tener en cuenta el coste del pago de la deuda) de alrededor del 2,5 % del PIB, porque, de lo contrario, «se corre el riesgo de posponer sine die el logro de ese objetivo».
El futuro de la economía española
En cuanto al futuro, Escrivá ha subrayado que son dos las razones fundamentales que lastran la credibilidad de España en materia fiscal: «la falta de realismo y concreción de los planes presupuestarios a medio plazo» y «las debilidades institucionales de disciplina fiscal».
En este sentido, ha dicho que «las estimaciones realizadas en un escenario sin cambios normativos muestran un déficit estructural en torno al 2,5 % del PIB en 2018, un porcentaje superior al recogido en el actual programa de estabilidad».
Según ha señalado, el programa de estabilidad vigente es «conservador» en ingresos y «muy exigente» en gastos. Escrivá ha considerado que es posible mejorar los ingresos, pero a costa de un menor margen en las políticas de prestaciones sociales y las que afectan al consumo público.
Por ello, ha insistido en la necesidad de unos presupuestos realistas a medio plazo, que presten especial atención a los sectores «con problemas más evidentes» como son la Seguridad Social y las comunidades autónomas, que son las que presentan las mayores desviaciones de sus objetivos de déficit.