EMPRESAS

Konecta pide a sus trabajadores que hagan horas extra mientras prepara el ERE para 585 empleados

La mercantil ha rebajado el despido colectivo en 16 personas por varias bajas voluntarias

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Empresa de telefonía Konecta.
Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La empresa de telecomunicaciones Konecta le pide a sus trabajadores que realicen horas extra y está buscando personal para «incorporación inmediata»  mientras aplica a 585 empleados un expediente de regulación de empleo (ERE), según fuentes cercanas a la compañía. La mercantil ha rebajado el despido colectivo en 16 personas, dado que ha habido varias bajas voluntarias por parte de algunos empleados.

Así, el despido colectivo se ve envuelto en otra polémica tras desvelar OKDIARIO que la empresa está ampliando su plantilla en Portugal y en Sudamérica mientras lleva a cabo el ERE en España. Según las mismas fuentes, la mercantil está «llevando todas las campañas a Latinoamérica y en España no están gestionando ninguna».

Estas fuentes también desvelan que la empresa ha trasladado las campañas a otros países en los que el coste laboral es más barato. Así, aunque Konecta sigue recibiendo encargos de España, la compañía contrata en el extranjero para suplir los puestos que pierde con el ERE.

En la primera reunión del comité de empresa de Konecta para negociar el ERE, los representantes de los trabajadores han denunciado que la documentación que la compañía presenta para justificar los despidos colectivos no es suficiente.

«La empresa nos ha expuesto las causas que, según ellos, justifican los despidos. Son causas organizativas y productivas que pretenden justificar con la documentación aportada que, de entrada, está incompleta y es insuficiente», declaran fuentes de UGT.

Los sindicatos no entienden como es posible que se dé la «situación ilógica» de que, «por un lado, haya peticiones de personal con incorporaciones inmediatas y peticiones de voluntarios para hacer horas y, por otro, un informe técnico que dice que sobran 585 trabajadores».

El comité de empresa asegura que revisará al detalle en los próximos días la documentación aportada por parte de Konecta: «Nuestro objetivo principal será analizar la documentación presentada e insistir en la entrega de la información que hemos reclamado».

El ERE de Konecta

En términos generales, el ERE va a afectar a unas zonas más que a otras. Por orden, los lugares en los que se realizarán los 585 despidos serán los siguientes:

  • Alcobendas (Madrid): 372 despidos
  • Llacuna (Barcelona): 66 despidos
  • Las Palmas: 34 despidos
  • Cartuja (Sevilla): 33 despidos
  • Tres Cantos (Madrid): 19 despidos
  • Almendralejo (Badajoz): 18 despidos
  • Santa Leonor (Madrid): 16 despidos
  • Vega del Rey (Sevilla): 10 despidos
  • Tenerife: 6 despidos
  • Güeñes (Vizcaya): 6 despidos
  • San Romualdo (Madrid): 3 despidos
  • Avilés (Asturias): 1 despido
  • Josefa Varcárcel (Madrid): 1 despido

Ahora, los sindicatos y la empresa realizarán una serie de reuniones para negociar las condiciones. Estos encuentros se alargarán hasta, por lo menos, el próximo 9 de julio. En ese tiempo, los representantes lucharán para que no se sobrepasen algunos límites, como despedir a aquellos que tienen más de 55 años.

La situación que está viviendo Konecta viene de lejos. La compañía tuvo la intención de despedir a la parte de su plantilla que trabajaba para la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) «sin indemnización y sin posibilidad de solicitar la prestación de desempleo», según afirmaron las mismas fuentes en octubre.

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José Luis Escrivá, ex ministro de Seguridad Social, junto a su sucesora, Elma Sáiz.

Los empleados ofrecieron sus servicios durante 10 años a la TGSS. El departamento de Konecta sirvió como contact center a la institución. Sin embargo, el organismo dependiente del Ministerio de InclusiónSeguridad Social y Migraciones decidió internalizar la asistencia telefónica y prescindir de la empresa desde el pasado 6 de octubre.

Konecta interpretó que los empleados eran responsabilidad de la TGSS, según las fuentes. La empresa, «amparándose en el artículo 20 del convenio colectivo», sostuvo que la Tesorería debía haber asumido a esos trabajadores al haber contraído el servicio que ellos prestaban hasta ese momento a través de una contrata. Es decir, que la TGSS se debería haber subrogado como empleador.

Los empleados afectados se concentraron, con un 84% de seguimiento, a las puertas del organismo que dirigía entonces José Luis Escrivá. Tras las protestas, la compañía accedió a negociar un ERTE para los indefinidos, 146 personas. En cambio, los 51 empleados con un contrato fijo-discontinuo fueron suspendidos.

Ahora, cinco meses después, la empresa va a aplicar un ERE que va a afectar a muchos más trabajadores, algo que deja el ERTE de octubre en una anécdota. 585 trabajadores pueden acabar en la calle en los próximos meses, mientras Konecta amplía su plantilla en el extranjero.

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