La inversión en red 5G es clave para que España lidere la transformación del modelo económico y social de Europa
España es líder en conectividad. Somos el primer país europeo y el tercero del mundo en despliegue de fibra hasta los hogares (FTTH), una realidad que pone a España en una situación de ventaja a la hora de afrontar la tan necesaria reconversión digital de la economía. Por ello, una apuesta decidida e inmediata por la tecnología 5G es obligatoria para no perder la ventaja competitiva actual y colocar al país en una posición puntera para reconvertir su modelo económico.
Ahora mismo, España encabeza el número de proyectos y pruebas piloto 5G en Europa, con 31 de las 233 iniciativas que se están haciendo en total. Por esta razón, resulta imprescindible no parar la inversión en 5G porque nos hará un país competitivo y listo, entre otros aspectos, para usar el big data para conseguir anticiparnos, por ejemplo, a posibles rebrotes víricos en un futuro cercano.
La inversión en esta tecnología y esta red es, sin duda, un compromiso social para reactivar cuanto antes todos los planes previstos que permitan recuperar el crecimiento y el bienestar. Y, además, no cabe duda de que será un motor de cambio para ir de forma progresiva a un modelo productivo que se ha demostrado débil tanto frente a la crisis económica de 2008 como a la actual provocada crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
En este sentido, el estudio ‘Identification and quantification of key socio-economic data to support strategic planning for the introduction of 5G in Europe’, realizado por la Comisión Europea (CE), estima que diversos sectores afectados por el desarrollo de la red 5G obtendrían unos beneficios superiores a los 100.000 millones de euros anuales y una importante creación de empleos si se aumentara la red de conectividad.
Además, el ‘Plan Nacional de 5G’ y el ‘Plan de la UE para la red 5G’ consideran que esta red un activo fundamental para la competitividad y la sostenibilidad, un importante elemento promotor de los servicios digitales futuros y una prioridad para el mercado único europeo. La Unión Europea (UE), de hecho, anima a los Estados miembros a que adopten las medidas necesarias para ser uno de los mercados principales por el despliegue de las redes 5G.
Aumento de las conexiones digitales durante el confinamiento
En la misma línea, la vicepresidenta ejecutiva de la CE, Margrethe Vestager, ha invitado a los Estados miembros a “limitar todo lo posible” cualquier retraso en sus asignaciones de espectro 5G y argumenta, además, que la crisis provocada por el SARS-CoV-2 va a cambiar la forma de trabajar. La conectividad de alta capacidad va a ser el motor de la economía. Durante los momentos más duros de este ‘Gran Encierro’ debido al coronavirus, las operadoras tuvieron incrementos de demanda de datos superiores al 50% de lo habitual en las fechas anteriores a la pandemia. Desde luego, no cabe duda de que si quedaba alguien que pensase que la inversión en infraestructuras era excesiva, en esta situación excepcional se ha demostrado que disponer de capacidad suficiente es un valor diferencial.
Las conexiones digitales se han impulsado y acelerado para paliar las consecuencias del ‘Gran Encierro’. Esta crisis será un acelerador del modelo ‘cloud’, por lo que las necesidades de conexión rápida, de alta capacidad y segura se deben multiplicar en un corto espacio de tiempo. La producción industrial también precisa de la inmediata inversión en la red 5G. Los nuevos modelos de trabajo basados en el M2M (máquina a máquina) requieren el soporte de 5G.
La red inteligente va a ser una pieza fundamental para optimizar los procesos de fabricación de las empresas mediante la monitorización y adquisición remota de datos y el control de robots, cadenas de producción, o el uso de la tecnología de impresión 3D a distancia.
España no puede quedarse fuera de la cuarta revolución industrial
Uno de los pilares de esta revolución es la conectividad ubicua de las máquinas. La tecnología 5G va a suponer un avance significativo, facilitando el acceso remoto y habilitando nuevos modelos de uso y de negocio. Pero no solo la industria tendría una gran ventaja competitiva gracias al 5G. Otros siete grandes sectores son los principales beneficiarios de las innovaciones de la tecnología: Seguridad y Defensa, Automoción, Salud y Sanidad, Media y Entretenimiento, las ‘Utilities’, el Transporte y los Servicios Financieros.
En el corto plazo, además, el desarrollo de la red 5G supondrá el despliegue masivo de nuevos elementos de red en el territorio español, ya sea en nuevos emplazamientos o en los emplazamientos que se utilizan para otras tecnologías y servicios, con todo lo que supone de inversión inmediata en infraestructura y mano de obra. La asistencia sanitaria primaria debe avanzar hacia un modelo menos presencialista por lo que sus conexiones, especialmente en áreas alejadas de núcleos urbanos, deben tener la capacidad y velocidad que ofrece la red 5G para prestar la atención precisa y reducir los tiempos de respuesta.
Impulso de un modelo productivo menos presencialista
La estrategia seguida por alguno de los países que mejor ha gestionado la crisis del coronavirus, como Corea del Sur, Singapur o Taiwan, muestra el papel fundamental de los datos y de los modelos digitales de gestión sanitaria. La disponibilidad de gran número de datos geolocalizados ha permitido a las autoridades sanitarias un seguimiento preciso de los focos de contaminación y su aislamiento rápido. No sólo la recopilación de muchos datos (big data), sino que la rapidez para recibirlos, procesarlos y compartirlos con los algoritmos adecuados han sido claves. En el sector turístico, un país que ofrece un despliegue de 5G será un atractivo más que sumar al valor de los territorios.
Por su parte, el director del Observatorio Nacional del 5G, Federico Ruiz, ha señalado recientemente que algunas utilidades del 5G en el turismo serán la traducción simultánea o el acceso a contenidos multimedia inmediatos que puedan ofrecer información adicional a lugares de interés, negocios o puntos de atracción turística. Además, el turismo se aprovechará de las ventajas conocidas que ofrecería la red a la movilidad y los desplazamientos tanto internacionales como locales. DigitalES, la patronal del sector tecnológico, ha solicitado una migración de la escuela tradicional a la escuela electrónica que requería una mayor capacidad de la red para ser realmente competitiva.
El mundo rural también se verá beneficiado con una mejora de los servicios de comunicación que les permitirá abaratar costes, ser más sostenibles y evolucionar a una agricultura y ganadería inteligentes y de precisión. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas (ODS) reconocen el gran valor de las redes inteligentes y de alta capacidad para apoyar la digitalización de la sociedad y la economía en aras de un desarrollo que ayude a respetar las condiciones del planeta.