Grecia comienza a ver la luz al final del túnel con una banca solvente

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El país heleno comienza a ver la luz al final del túnel tras una década luchando contra el déficit y el control de Bruselas. Grecia entra en la recta final del rescate con una banca con un estado de solvencia firme y unos pronósticos favorables, según los resultados de las pruebas de resistencia realizadas por el Mecanismo Único de Supervisión (SMS, en inglés) publicadas este sábado.

De acuerdo a este análisis, en el peor de los casos los cuatro principales bancos continuarán teniendo en tres años un ratio de capital de máxima calidad superior al 5,5 %, considerado como la barrera crítica.

En el escenario adverso, los cuatro bancos calificados como sistémicos -Alpha Bank, Eurobank, Banco Nacional de Grecia y Banco del Pireo- sufrirían hasta 2020 una reducción del capital media de 9 puntos porcentuales, lo que corresponde a unos 15.500 millones de euros.

En concreto, la reducción del ratio de capital de máxima calidad (CET1) fue de 8,56 puntos porcentuales en el caso del Alpha Bank; de 8,68 puntos porcentuales en el del Eurobank; de 9,56 puntos para el Banco Nacional de Grecia (NBG) y de 8,95 puntos para el Banco del Pireo.

Las pruebas se hicieron siguiendo la misma metodología que se aplica en toda la Unión Europea, pero mientras que los resultados del resto de países se anunciarán en noviembre, en el caso de Grecia se decidió adelantar el análisis porque en agosto concluye el tercer programa de asistencia financiera y en caso de necesidad los bancos tendrían tiempo a recapitalizarse.

Según informó el Banco Central Europeo (BCE) en un comunicado, el punto de partida para el análisis era la situación de las cuatro entidades a finales de 2017. De acuerdo a estos resultados, la situación del Alpha Bank es la más favorable, tanto en lo que afecta a su solvencia inicial como a la evolución del ratio de capital en ambos escenarios.

Partiendo de un ratio del 18,25 % en 2017, en el escenario básico el CET1 del Alpha Bank sería del 20,37 % en 2020, y del 9,69 % en un escenario adverso, lo que llevaría una merma de 8,56 puntos porcentuales.

Para el Eurobank, el punto de partida es un ratio del 17,93 %, que, si las cosas evolucionan de forma normal, se reduciría al 16,56 % en 2020, y al 6,75 % si la situación se torna adversa, lo que llevaría a una reducción de 8,68 puntos porcentuales en tres años.

El Banco Nacional de Grecia parte de un CET1 del 16,48 %, que bajaría al 15,99 % en el escenario base y al 5,90 % en el adverso, lo que lleva a una merma de capital de 9,56 puntos porcentuales.

Finalmente, el Banco del Pireo arranca el análisis con un ratio de capital de máxima calidad del 14,85 %, que se reduciría al 14,52 % en una evolución normal y al 5,90 % si las cosas van mal, lo que lleva a una pérdida de 8,95 puntos.

El análisis se llevó a cabo partiendo de un crecimiento del producto interior bruto del 2,4 % en 2018; 2,5 % en 2019 y 2,4 % en 2020 para el escenario base, y de una caída del PIB del 1,3 % en 2018; del 2,1 % en 2019 y una subida del 0,2 % en 2020 en el escenario adverso.

El BCE recalcó que el sentido de este análisis no era dar ni aprobados ni suspendidos, ni tampoco especificar eventuales necesidades de recapitalización, algo que deberán estudiar posteriormente las autoridades supervisoras haciendo un estudio caso por caso.

En el tercer programa de asistencia financiera firmado en 2015 se reservaron hasta 25.000 millones para la banca, de los cuales 10.000 millones se depositaron como ayuda inmediata en el Fondo Helénico de Estabilidad Financiera.

De este monto tan solo se ha usado algo menos de la mitad, pues las pruebas de resistencia hechas a finales de 2015 resultaron mejores de lo esperado. El mayor problema de la banca griega continúa siendo su elevada cartera de créditos problemáticos, que a finales de 2017 alcanzaban los 95.000 millones de euros, lo que constituye el 53 % del PIB.

Esto se traduce al mismo tiempo en que del total de préstamos concedidos el 40 % están en mora o corren peligro de no ser devueltos. Los institutos crediticios helenos se han comprometido ante el BCE a reducir hasta finales de 2019 a 66.700 millones esta cartera en mora.

Las deudas hipotecarias constituyen la mayor parte de la cartera morosa y los bancos se han puesto como meta reducirlas en 11.500 millones hasta finales de 2019, algo que se presenta difícil no solo por la ira ciudadana sino por la falta de ofertas de compra.

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