DESACELERACIÓN

El Gobierno ‘vende’ que España ha iniciado un nuevo ciclo económico en contra de cualquier evidencia

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“Tras casi una década con un PIB real por debajo de nuestro potencial, la economía española ha recuperado una posición neutral, iniciándose un nuevo ciclo económico”. Es la conclusión del informe la Agenda del Cambio, en el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez basará su política económica para la próxima legislatura en el caso de conseguir la investidura.

Esta afirmación, según economistas y fuentes empresariales consultadas por OKDIARIO, ignora los riesgos a los que se enfrenta España y el mundo y la evolución de las estadísticas, que muestran una clara tendencia a la desaceleración.

En realidad, pese a las afirmaciones del Gobierno, el ciclo económico de recuperación que actualmente vive España comenzó en 2014 y en los últimos años se ha observado una senda clara de desaceleración. Los expertos consultados recuerdan que la ralentización continuará en 2019 y 2020 y que se puede intensificar a medida que se materialicen los riesgos a la baja existentes.

Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney, cree que «realmente, si no hay entre medias algo que corte el ciclo, estás en el mismo ciclo económico». Apunta que, después puedes tener fases más o menos vigorosas, pero que en la actualidad se observa una cierta desaceleración en línea con lo que ocurre entorno, en países como Italia o Alemania. También destaca que «hay problemas en el automóvil». «A nosotros también nos ha afectado el entorno global», remarca.

Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económicos, opina que, aunque nuestra economía está siendo la más dinámica de la eurozona, no es que haya un nuevo ciclo económico sino que «tenemos que impulsar políticas que prolonguen el periodo expansivo comenzado en 2013». Entre las medidas que el IEE ve indispensables se encuentran las siguientes: la consolidación presupuestaria, apostar por la innovación, aumentar la inversión productiva, reforzar la internacionalización de las empresas y mejorar la capacitación de la población activa y su empleabilidad.

A juicio de Semur, «el Gobierno no puede hacer políticas cortoplacistas». «A mayor inestabilidad política, mayor inestabilidad económica», avisa. «Lo más importante es profundizar en la reforma laboral y no revertirla. Profundizar en la reforma laboral podría convertir a España en un país con una tasa de paro normal», remacha.

Los indicadores que suelen anticipar como evolucionará la actividad económica en el futuro desmienten las afirmaciones del Gobierno en su hoja de ruta para la legislatura.

El Indicador de Sentimiento Económico ha pasado de los 105,2 puntos de media en el primer trimestre a los 104,8 puntos entre abril y junio. El consumo de energía eléctrica se redujo un 2,8% en mayo y un 2,9% en junio. Asimismo, el indicador de confianza industrial ha pasado del -4,1% en quinto mes del año al -4,8% en el sexto. La matriculación de automóviles también se redujo un 8,3% en junio en términos interanuales, frente a la caída del 7,3% registrada en mayo.

El Banco de España en su último boletín económico advertía de «la aparición de algunos indicios de que las entidades podrían estar comenzando a aplicar criterios más estrictos a la concesión de crédito» para las familias y las empresas. Además, recordaba la debilidad de las ventas al exterior: «Las exportaciones de bienes han seguido mostrando un tono desfavorable, influenciadas por la desaceleración del comercio internacional y de la actividad industrial a escala global».

El miércoles la Comisión Europea preveía que la economía española pasaría de crecer un 0,7% en el primer trimestre a avanzar un 0,6% en el segundo y un 0,5% a partir del tercer trimestre.

Los riesgos para la economía

Los riesgos para la economía son palpables. A nivel internacional, preocupa un nuevo repunte del precio del petróleo, que dañaría la renta disponible de las familias y que perjudicaría el saldo comercial de España. A esto se suma el Brexit, que podría terminar sin acuerdo; la guerra comercial; el proteccionismo, y la fragilidad de las exportaciones, como se puede observar en las últimas estadísticas oficiales.

A nivel interno, la falta de un Gobierno o la formación de un Ejecutivo contrario a las reformas que necesita el país podría debilitar la confianza de los agentes económicos, a lo que habría que sumar que, si se apuesta por subir más los gastos, se podría ver afectada la estabilidad presupuestaria.

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