Programa de estabilidad

El Gobierno dice a Bruselas que el gasto en pensiones está controlado pero se basa en la reforma de Rajoy

El Gobierno dice que el gasto en pensiones está controlado basándose en la reforma de Rajoy
Nadia Calviño y María Jesús Montero.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha rizado el rizo en el Programa de Estabilidad 2022-2025 que envió este viernes a la Comisión Europea. En él, asegura que el gasto en pensiones está controlado, pero se basa en el supuesto de que la reforma de Mariano Rajoy sigue en vigor, cuando el Ejecutivo de coalición la derogó el año pasado, y no basándose en las medidas aprobadas por Sánchez entonces. Lo cual deja estas previsiones en papel mojado.

El Gobierno se escuda en que «la evolución proyectada del gasto en pensiones está influida por el supuesto de legislación constante empleado». «Este supuesto es especialmente relevante en el caso de la proyección del gasto en pensiones y conlleva operar con la legislación de pensiones en vigor en el momento de cálculo de las proyecciones. En concreto, esto significa que el gasto en pensiones del Ageing Report 2021 se proyectó estimando el efecto del despliegue completo de la reforma paramétrica de las pensiones de 2011 [la de Rajoy] hasta el año 2027 y aplicando el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) desde el año 2022 y el factor de sostenibilidad desde 2023».

Como es sabido, la contrarreforma de las pensiones del PSOE y Podemos derogó el citado índice de revalorización de las pensiones (IRP), que las incrementaba por debajo de la inflación si el sistema era deficitario. En vez de eso, las ligó al IPC medio, una medida que puede suponer un enorme quebranto para la Seguridad Social este año con un IPC que se sitúa en el 8,5% (dato adelantado de abril).

Además, sustituyó el factor de sostenibilidad de Rajoy -que ajustaba el importe de la pensión inicial a la esperanza de vida- por algo llamado «mecanismo de equidad intergeneracional», que básicamente consiste en un incremento de las cotizaciones sociales.

Sánchez finge vivir en una realidad paralela

Por tanto, el documento enviado a Bruselas hace un ejercicio de ciencia ficción en el que finge vivir en una realidad paralela en la que la reforma de Rajoy está aún vigente. De hecho, hasta se toma la molestia de explicar con detalle las medidas de aquella reforma a las autoridades comunitarias, pese a estar derogadas.

Sobre esa base imaginaria, «se proyecta una caída de la tasa de sustitución [ratio entre la pensión media y el salario medio] desde el 60% en 2019 hasta el entorno del 30% en 2070. Esta caída paliaría el efecto demográfico hasta 2050 y lo compensaría en las dos últimas décadas, con la caída del gasto en pensiones sobre el PIB apuntada. La caída de la tasa de sustitución es el resultado, entre otros factores, del efecto del IRP (que se estimaba se mantuviera en el suelo del 0,25% durante todo el horizonte de proyección), del factor de sostenibilidad y del incremento del número de pensionistas cuya pensión se proyecta que quede topada por el nivel de la pensión máxima».

Es decir, el propio documento reconoce que son las medidas de Rajoy las que permiten estas proyecciones halagüeñas para el gasto en pensiones; y que, sin ellas (es decir, en el mundo real), estas previsiones no podrán cumplirse.

Eso sí, «el próximo Ageing Report, que se publicará en 2024, incorporará las medidas aprobadas de la reforma del sistema de pensiones». Es decir, no será hasta dentro de dos años cuando el Gobierno -si sigue en el poder entonces- haga unas proyecciones realistas de las pensiones basadas en las normas que él mismo ha aprobado.

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