La fortuna del clan Arnault supera a la del fondo de la familia Pinault tras la compra de Dior
Bernard Arnault, presidente y CEO de LVMH, siempre gana cuando se trata de negocios en el sector del lujo. El holding empresarial ha comprado el 25,9% de las acciones de Christian Dior por 12.100 millones de euros, lo que convierte al magnate en el único capitán del barco del ‘New Look’. La decisión del galo ha disparado los títulos de ambas empresas en Bolsa y la fortuna familiar hasta los 50.000 millones de dólares, según la última actualización de Forbes. Deja muy lejos el imperio de su principal rival, Kering (antigua PPR), que tiene un patrimonio de casi 18.000 millones de dólares, según la misma publicación. Los dos empresarios lucharon ferozmente a finales de los años 90 para hacerse con la marca italiana Gucci, finalmente fue Pinault el que se llevó el gato al agua.
El nuevo movimiento empresarial llevado a cabo por la familia Arnault está disparando a los números verdes de LVMH y Christian Dior, sin embargo, Hermès International está dejándose hoy en el mercado alrededor de un 4% desde que se ha conocido la noticia. La razón es sencilla, Semyrhamis, la firma inversora de los Arnault, ha lanzado una oferta de 172 euros en efectivo y 0,192 acciones de la artesana francesa. Una oferta mixta que ha puesto una ‘puntilla’ más sobre la relación entre el multimillonario y la firma creadora del famoso bolso ‘Birkin’.
Actualmente la familia controla el 8,5% de las acciones, aunque en 2010 era el principal accionista individual ya que tenía en sus manos el 17,1% del capital. La compra de este paquete no estuvo, en su momento, exento de polémica ya que la familia que controlaba Hermès intentó obligar a Arnault a vender sus acciones, cosa a la que jamás cedió. Los descendientes de Dumas, fundador de la marca, tenían miedo de que el ingeniero lanzase una OPA sobre el 100% de las acciones.
El clima ‘amistoso’ se consiguió en 2014, año en el que firmaron la paz y el multimillonario francés se comprometió a escindir toda su participación dejándole con una participación residual del 8%. Además, el acuerdo también contemplaba la capacidad de Arnault para comprar más acciones de Hermès durante al menos cinco años.
Carlos Delso, experto en el negocio del lujo, explica que la OPA lanzada sobre Dior se trata de “una excelente operación financiera con unas importantes ventajas fiscales y económicas”.
Por su parte, Gisela Turazzini, cofundadora de Blackbird, explica que esta OPA «tiene mucho sentido empresarial puesto que da un poco de orden a la estructura del holding LVMH». Y añade: «es una buena operación para los accionistas de Dior ya que pueden soltar lastre a máximos históricos y con una prima del 15%». En definitiva, todos salen ganando, «creo que es bueno para todos y fiscalmente tiene mucho sentido para LVMH, le permitirá disponer de la liquidez para tener el control total de Dior del que ya poseía más del 70%»
Además, señala Delso que la simplificación de la estructura que contemplan desde LVMH “puede ayudar con la transición a la siguiente generación”.
Actualmente en LVMH trabajan tres de sus cinco hijos. Por un lado, Delphine y Antoine, administradora y director de Comunicación, respectivamente. Y por el otro, Alexandre, que se acaba de incorporar a la empresa. Los dos primeros son hijos de Anne Dewavrin y el tercero fruto de matrimonio con Hélène Mercier-Arnault.
LVMH tiene en su haber las principales marcas del lujo del mundo, hasta 70 enseñas bajo su paraguas, como Louis Vuitton, Loewe, Fendi, Dom Perignon, Tag Heuer o Bulgari. El grueso de su fortuna está íntimamente ligado al 76% de las acciones de Christian Dior, aunque ahora controlará al 100% el barco del lujo por el que han pasado directores creativos como John Galliano.
Además, Arnault, poco dado a prodigarse por los lugares habitados por la jet set gala, tiene participaciones en Carrefour en 2007, una colección de arte nada despreciable y ha puesto en marcha la Fundación Louis Vuitton. LVMH clausuró 2016 con una facturación de 37.600 millones de euros y disparó su beneficio un 9%, hasta 7.026 millones de euros.
Al otro lado del puente del lujo está la familia Pinault, su principal rival en el mundo del lujo capitaneando Kering, antes denominada PPR, que engloba marcas como Alexander McQueen, Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent o Stela McCartney. Su holding, Artemis, que está ahora en manos de su hijo François Pinault, es propietario de Puma, Samsonite, Converse o la casa de subastas Christie’s.
La fortuna de esta saga asciende a casi 18.000 millones de euros, según Forbes, una cifra poco dada entre los mortales, pero muy por debajo del ‘fortunón’ de los Arnault.
Son rivales y así lo han hecho saber en más de una ocasión. Los Pinault tenían una participación del 40% en Gucci desde 1993, mientras que Arnault tenía un 20% y la clara intención de hacerse con la italiana a cualquier precio. La paz llegó tras una larga batalla legal cuando PPR se hizo con el control de la compañía de moda.
Kering ha cerrado el año con un resultado de 813,5 millones de euros frente a los 696 millones de euros de 2015 y ha elevado un 6,6% sus ventas hasta 12.384 millones de euros.
Eso sí, a ambos hombres millonarios les une una pasión, no todo iban a ser sobresaltos y batallas empresariales. Tanto Pinault como Arnault son dos apasionados del arte. A finales de 2018 el presidente, ya de honor, de Kering su colección pictórica se mostrará en la antigua Bolsa de Comercio de París. Ávido coleccionista, con información privilegiada, además, no olvidemos que es el propietario de Christie’s, tiene alrededor de 3.000 obras de arte de los siglos XX y XXI.
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