La espiral inflacionista ya ha llegado: la subyacente anticipa nuevas alzas del IPC
La espiral inflacionista se ha instalado en España y no se va a frenar. Así lo anticipa el dato de inflación subyacente publicado este miércoles por el INE, que sitúa los precios en junio eliminando la energía y los alimentos frescos en el 5,5%, seis décimas más que en mayo y récord desde 1993. «Este dato demuestra que los efectos de segunda derivada de los precios se están produciendo. Las empresas ven que sus costes de salarios y materiales se han elevado y lo trasladan a los precios», señala el economista Daniel Lacalle.
Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), señala que «la inflación subyacente se está elevando en los últimos meses como consecuencia de la persistencia en el tiempo del actual episodio inflacionario de energía y materias primas que acaba transmitiéndose en alguna medida al conjunto de la economía por la vía del aumento de los costes de producción». Izquierdo espera en cambio que la inflación se modere a medio plazo: «La inflación actual está en máximos y lo más probable es que los próximos meses se vayan despejando las tensiones inflacionistas».
Por su parte, los expertos de eToro explican en un informe que «el incremento de las gasolinas y alimentos está llevando principalmente a ese incremento de precios tan elevado y, entrando en la época de julio y agosto, cuando el consumo se sigue aún disparando, pensamos que estos datos tan altos podrían continuar».
Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad de la Abogacía, señala en otro informe que lo que demuestra el alza de junio de la inflación subyacente «existen también problemas que se están haciendo más estructurales dentro de la formación de precios en España, problemas de segunda ronda que tienen que ver, fundamentalmente, con el ciclo de salarios y formación de precios».
La opinión más común por tanto es que la inflación seguirá al alza en los próximos meses, a la espera del impacto que tenga en los precios la subida de tipos anunciada por el BCE en julio y, una superior, en septiembre. De momento, la propia AIReF dio por sentado el martes que en su próxima revisión macro de julio revisará al alza su estimación de inflación para este año.
Consecuencias
Las consecuencias de una inflación general y subyacente tan altas amenazan las cuentas del Gobierno. El alza de las pensiones y de los salarios públicos tendrá que ser mayor, como se ha comprometido el Ejecutivo, elevando el gasto y el déficit si no se toman medidas correctoras, que el presidente Pedro Sánchez no está dispuesto a tomar.
Con una inflación al 10,2% como la actual, el Gobierno tendrá que aumentar el gasto en pensiones en más de 12.000 millones de euros en 2023, coste que ya no se reduce en los siguientes años. También los salarios públicos, aunque Hacienda está retrasando la negociación.
Mientras, la obligación de reducir el déficit y la deuda -las reglas fiscales- como obliga la Unión Europea podría llegar a su fin el próximo año. Así lo ha decidido de momento Alemania, que internamente empezará a reducir déficit y deuda, lo que podría arrastrar al resto de la UE.