Informe de 94 páginas

Escándalo en Fomento: el CSIC da por bueno el puente del AVE a Burgos que Adif exige demoler

Juan Bravo
Juan Bravo, presidente de Adif y exconsejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid.
Carlos Ribagorda

Escándalo en el ministerio de Fomento, que dirigirá José Luis Ávalos. La agencia estatal CSIC concluye en un informe de 94 páginas que el puente del AVE a Burgos que Adif ha exigido demoler está en perfecto estado. «No existen razones de carácter técnico que justifiquen la demolición», asegura el prestigioso organismo público, rebatiendo la polémica decisión del Adif.

El gestor de infraestructuras, que preside Juan Bravo, ex consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, ordenó el pasado 27 de noviembre la demolición del puente del AVE a Burgos en el tramo entre Venta de Baños y Burgos. Tras varias propuestas y contrapropuestas de la constructora -la ‘UTE Variante de Burgos’-, la demolición empezó a principios de mayo.

Adif basó su decisión en un mínimo informe de Cemosa sobre la calidad del hormigón que cifró los megapascales -unidad de medida de calidad del hormigón- en 30.

Sin embargo, el informe realizado por el CSIC que analiza 169 testigos -trozos de hormigón- concluye que «los resultados obtenidos descartan la hipótesis esgrimida en la orden de demolición de 27 de noviembre de que la resistencia del hormigón sea de 30 Megapascales, ya que la resistencia estimada del hormigón puesto en obra va desde los 43,4 a los 75,5 Megapascales -como se ve en la imagen-«.

Además, sigue el informe del CSIC -encargado por la UTE constructora-, «tampoco se ha detectado la existencia de daños internos, no hallándose razones de carácter técnico que justifiquen la demolición».

Conclusiones demoledoras

El informe del CSIC es demoledor en todos los aspectos. «La resistencia característica del hormigón estimada a partir de los testigos extraídos es superior en todos los casos a la resistencia contractual exigida por Adif y claramente superior a la establecida en las Instrucciones Generales de Proyectos (IGP-5.2)», explica el CSIC.

Y una conclusión más: «La resistencia característica in-situ estimada en cada uno de los elementos del tablero es coherente con los resultados obtenidos durante el control de calidad en la fase de ejecución». Esto quiere decir que durante la fase de construcción del puente las pruebas realizadas por el asesor técnico contratado por el propio Adif, Ayesa, fueron correctas.

De momento, este informe del CSIC, que ya conoce el Adif, ha caído en saco roto y la demolición sigue adelante. Técnicos de Fomento están realizando ahora pruebas del hormigón desmontado, como prueban las imágenes. El problema es que ya en el suelo, la resistencia del hormigón varía.

Adif se niega a dar marcha atrás y el retraso del AVE a Burgos será de seis meses, además del coste de dinero público que conlleva la demolición y vuelta a levantar -que está realizando la misma UTE que supuestamente lo hizo mal la primera vez-.

El gestor de infraestructuras ha explicado a este diario que decidió obligar a demoler el puente en noviembre de 2017 después de que “en los distintos controles de seguimiento que realiza Adif AV para garantizar la seguridad de las obras se detectaron deficiencias que ponen en evidencia incumplimientos de las prescripciones técnicas que Adif exige a estructuras de estas características”.

Impugnación

Las constructoras han impugnado la orden de demolición del 27 de noviembre, que fue admitida a trámite el 1 de febrero. Esto significa que las constructoras no han aceptado el pago de la demolición y posterior levantamiento del puente, lo que podría generar más gasto público.

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