Puigdemont crea otra tasa: conducir en Cataluña, más caro para todos menos para los coches oficiales

Cataluña
Carles Puigdemont.
María Villardón

La Generalitat ha elaborado un impuesto ‘ad hoc’ sobre las emisiones de dióxido de carbono alegando que el objetivo es reducir los gases de efecto invernadero. Sin embargo, desde Faconauto aseguran que más que un gravamen destinado a menguar la emisión de CO2 “parece un impuesto con afán recaudatorio porque ninguna región más tiene que pagar esta tasa”. Eso sí, según la normativa catalana aprobada el pasado julio, todos los ciudadanos de la comunidad tienen la obligación de pagar la tasa a excepción de los vehículos oficiales del Estado, de las comunidades autónomas y las entidades locales.

El engranaje recaudatorio de la Generalitat de Cataluña se ha puesto en marcha una vez más. Además del impuesto de matriculación y circulación, los catalanes tendrán que abonar una tasa más a partir de 2018: el nuevo impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) con la finalidad de menguar la contaminación. Sin embargo, desde Faconauto explican a OKDARIO que esta medida, lejos de reducir la emisión de gases invernaderos, es una manera de llenar las arcas públicas de la comunidad.

Según datos de la Generalitat, el nuevo gravamen oscilará entre los 15 y los 20 euros por propietario, lo que va a suponer una recaudación de alrededor de 75 millones de euros por un total de 3,7 millones de coches presentes en la región gobernada por Carles Puigdemont.

Añaden, además, que esta norma recaudatoria no se ha visto acompañada de un plan de incentivo a la renovación de los vehículos antiguos. “Se trata de un impuesto por tener un coche, algo que no tiene ninguna otra comunidad, no están cargando impositivamente el uso del coche, que es lo que contamina, sino sobre la posesión de tener vehículo”.

«Esta tasa penaliza la posesión del coche y no su uso, si quieren reducir la contaminación se debe renovar el parque automovilístico que tiene una media de antigüedad de 12 años”, aseguran desde la patronal. Los concesionarios, además, están preocupados por esta nueva ley, tendrán que pagar los coches en ‘stock’ aunque no estén en circulación.

Faconauto ha explicado que los conductores de Cataluña «pagarán más que el resto de los españoles por la posesión de su vehículo». Exponen a este periódico que este nuevo impuesto resultará un argumento más para que muchos catalanes decidan no cambiar de coche, lo que repercutirá negativamente sobre las matriculaciones, en un momento en el que el mercado está alcanzado un nivel óptimo”.

La ley, aunque aprobada antes de verano en el parlamento autonómico, comenzará a aplicarse a partir de 2018 y actualmente está en proceso de elaboración. Desde Faconauto aseguran que se han puesto en contacto con la Dirección General de Tributos para que tengan al sector en cuenta para desarrollar la normativa.

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