El empleo industrial se destruye desde la crisis de 2008: casi una quinta parte menos de trabajadores
La producción industrial volvió en mayo a tasas interanuales positivas: creció un 0,2% tras una pronunciada caída del 4% en abril. Sin embargo, la evolución de este indicador sigue estancada: en los últimos años se encuentra en una montaña rusa, una tendencia de que la no tiene visos de salir en el corto y en el medio plazo. Además, si se echa la vista atrás y se observa el empleo ligado a esta actividad, se aprecia que la economía española ha perdido en 15 años casi un 17% de empleos en este sector, lo que supone 560.000 ocupados menos.
El empleo industrial tocó mínimos desde 2008 en el primer trimestre de 2014, cuando se contaban en este sector 2,3 millones de ocupados. A partir de entonces se inició la recuperación, que nunca fue muy vigorosa: en el tercer trimestre de 2019 España contaba con 2,8 millones de empleados en este sector. Es decir, se había recuperado un 22%… después de haber caído un 31%.
Desacelerado en 2018
El profesor de economía en Comillas-Icade Emilio José González González afirma que desde 2018 “la economía ya se desaceleraba en España y en Europa”. González explica que, tras la crisis financiera de 2008 y de deuda de 2012, los entes públicos se volcaron en reflotar la economía, pero “todos los impulsos al crecimiento que se habían dado se agotaron” hace cinco años.
Después, en 2020, la producción industrial se hundió por la crisis del coronavirus: en abril se registró un descenso interanual del 34%, que llegó a casi el 58% en los bienes de equipo. En 2021 rebotó (en abril subió más del 50%). Sin embargo, cuando la economía se recuperaba del impacto de la pandemia, en 2022 volvió a sufrir por la inflación y la guerra de Ucrania: “Cuando se observan los datos de la contabilidad nacional, se aprecia una desaceleración en el consumo. Si suben los precios pero no suben los salarios, la gente compra menos”, apunta González. Este menor volumen de consumo repercutirá forzosamente en menor producción del sector industrial, y, además, también contribuirá a que bajen los precios industriales y a una menor contratación laboral dentro del sector.
La responsabilidad de Sánchez
González recuerda que con la llegada del Ejecutivo de Sánchez a la Moncloa en 2018 comenzaron las subidas de impuestos, que inevitablemente tuvieron impacto en el consumo. A más impuestos, menos renta disponible para las economías domésticas: “Cuando nos suben IRPF e IVA, tenemos menos dinero. Pero además el Gobierno ha generado un clima de desconfianza que desincentiva cualquier inversión y ha propiciado mayor déficit y mayor deuda desde 2018. Un buen ejemplo son los impuestos extraordinarios a la banca y a las eléctricas”.
Concretamente, España terminó 2022 con un déficit de más de 62.000 millones, el equivalente al 4,81% del PIB. Asimismo, la economía española ha superado ya el billón y medio de euros de deuda pública (113% del PIB). Datos que no favorecen que la política industrial pueda reflotar, en opinión de González.