Las eléctricas europeas piden a Sánchez que invierta más en redes para la transición energética
Las eléctricas piden a Sánchez que invierta más para la transición energética
La patronal europea pone al ‘ecologista’ Sánchez como ejemplo de atasco en las renovables
Las compañías eléctricas europeas agrupadas en la asociación Eurelectric piden al Gobierno de Sánchez, actualmente en funciones, que aumente la inversión en redes de conexión de cara a conseguir los objetivos de transición energética y de descarbonización acordados por la Unión Europea. No es la primera vez que la industria del sector critica al Ejecutivo español porque sus resultados, en la práctica, contradicen el discurso oficial que sostiene y lo deja claramente en entredicho.
Hace unos días, la patronal europea de empresas eólicos criticó al ecologista Sánchez como ejemplo de atasco en la energía renovable, que ha constituido desde siempre uno de los objetivos prioritarios del Gobierno ahora en funciones y de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Esta denuncia figura en varios informes realizados por Windeurope, que agrupa a todas las empresas eólicas del continente y evidencia el camino que queda por recorrer para completar la transición energética.
De acuerdo con la patronal europea, «los retrasos en el refuerzo y las conexiones de la red se encuentran entre los principales obstáculos para la instalación oportuna de nuevos proyectos de energía eólica. Más de 100 GW de proyectos de energías renovables esperan su conexión a la red en España», asegura.
Ahora, en esta ocasión, y según una nota emitida por Eureletric, que representa los intereses de toda la industria eléctrica a nivel continental -así como a organizaciones similares en otros continentes- y emplea a 970.000 personas en la UE con una facturación conjunta de 627.000 millones, la transición energética de Europa depende en gran medida de atacar el envejecimiento de las redes eléctricas. A su juicio, ni el Gobierno de Sánchez, que tradicionalmente ha aspirado a liderar la transición hacia las energías renovables, ni otros países europeos -es verdad que con menos ínfulas- están invirtiendo lo suficiente para resolver los problemas y el atasco en las redes que se produce en estos momentos.
De acuerdo con la asociación empresarial, la inversión en redes de distribución debería alcanzar no menos de 38.000 millones de euros por año hasta 2030 y hasta 100.000 millones por año hasta 2050, considerando la demanda adicional prevista para cumplir con la agenda de descarbonización de la UE.
Las inversiones anticipadas deberían incorporarse estructuralmente en la reforma del diseño del mercado eléctrico para cerrar la brecha anual de 7.000 millones de la UE en infraestructura eléctrica, opina la asociación. Como se muestra en el estudio Decarbonisation Speedways de Eurelectric, la UE invierte actualmente 23.000 millones al año en infraestructura de red. Pero hoy en día, la capacidad de nuestros cables de cobre para integrar la electrificación masiva y cumplir los objetivos de descarbonización es limitada.
«Ya es hora de que los legisladores adopten un enfoque anticipativo para que las redes eléctricas estén preparadas para el futuro», señala el nuevo informe sobre la red de Eurelectric, que muestra cómo la actual reforma del diseño del mercado eléctrico puede poner en práctica este enfoque incentivando inversiones anticipadas, planificación de la red a más largo plazo y con más digitalización, flexibilidad y un intercambio de datos más avanzado.
Capital insuficiente
En 2030, Europa contará con entre 50 y 60 millones de bombas de calor, entre 65 y 70 millones de vehículos eléctricos (EV) y más de 600 gigavatios de capacidad renovable adicional, según lo previsto por REPowerEU, el plan de la Comisión Europea para poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles. Alrededor del 70% de esa capacidad estará conectada directamente a las redes de distribución, las líneas eléctricas que atraviesan ciudades y pueblos y conectan cada vez más molinos de viento e instalaciones solares.
Si bien se vuelven cada vez más críticas para la descarbonización del continente, las redes de distribución de Europa enfrentan una capacidad escasa, permisos engorrosos e inversiones insuficientes, opina la asociación europea de empresas eléctricas.
“Adecuar nuestras redes eléctricas a cero emisiones netas debería ser una de las principales prioridades en los próximos años, tanto a nivel de la UE como a nivel nacional”, asegura Kristian Ruby, secretario general de Eurelectric. “Esto requiere una nueva mentalidad entre reguladores y legisladores. Uno que anticipe las necesidades de capacidad de Europa para integrar más proyectos renovables y que dé cabida a una electrificación sin precedentes del transporte, los edificios y la industria para igualar la velocidad y la escala necesarias para la transición energética de Europa”.
La escasa capacidad se traduce en esperas más largas para las conexiones a la red, áreas más congestionadas y costos más altos para los usuarios de la red. Para evitar esto, Europa debe reforzar y ampliar su infraestructura de red para agregar capacidad mientras intenta aprovechar al máximo la capacidad que ya existe. La planificación anticipada de la ampliación de la red es ahora clave para satisfacer las necesidades de electrificación de la UE de aquí a 2030 y garantizar una electricidad fiable en miles de kilómetros de líneas eléctricas en toda Europa.