La incertidumbre política dispara los despidos colectivos un 50% en febrero

La incertidumbre política dispara los despidos colectivos un 50% en febrero
Desempleados hacen cola en una oficina de empleo en una imagen de archivo (Foto: EFE)

Los despidos colectivos en febrero se dispararon un 50%, alcanzando la cifra de 1.669 trabajadores. Aunque todavía se trata de un dato aislado, semejante guarismo bien podría tratarse de un primer indicio de que la incertidumbre política también está haciendo mella entre las pequeñas y medianas empresas.

Durante los últimos meses, las grandes compañías se han apresurado a presentar reestructuraciones de plantilla ante la posibilidad de que haya un nuevo Gobierno de izquierdas que endurezca la legislación laboral y obstaculice los despidos. Desde el Corte Inglés a Telefónica, pasando por Banco Santander, Repsol o Caixabank, casi todas han puesto en marcha procesos de ajuste de personal.

El sector industrial acapara casi la mitad de las regulaciones de empleo

Sin embargo, la ‘enmienda Telefónica’ obligó a las empresas con beneficios a costearse sus despidos sin consumir recursos de la Seguridad Social. De esa forma sale carísimo despedir, y para colmo se sufre un coste terrible en términos de imagen, de modo que la mayoría de estos procesos se están llevando a cabo sin recurrir a la figura del despido colectivo. Salvo los de Orange, Sacyr y FCC, prácticamente todas las reestructuraciones se están fraguando mediante bajas voluntarias y, por lo tanto, no aparecen recogidos en las estadísticas de despidos colectivos.

Lo cual implica que este aumento no contempla los datos de las grandes empresas pero sí los de las pequeñas y medianas. Según los expertos y letrados consultados, esta cifra podría apuntar una primera señal de alarma entre este tipo de empresas. “Hay que tomarlos con cautela, pero el empeoramiento puede achacarse en parte a la parálisis de la inversión provocada por la incertidumbre política“, señalan.

En cualquier caso, este rebote de los despidos colectivos se produce desde niveles históricamente bajos. Además, las reducciones de jornada y las suspensiones de contratos todavía exhiben una clarísima tendencia a la baja. Las primeras descendían en febrero un 54%, y las segundas un 57%. Una bonanza que se ve confirmada por los datos de la EPA del primer trimestre, la cual reflejaba un crecimiento de la ocupación del 0,9% en términos desestacionalizados. El mercado laboral tira a un buen ritmo, empujado sobre todo por un sector servicios extraordinariamente boyante. De hecho, no es de extrañar que casi la mitad de las regulaciones de empleo se concentren en la industria, todavía tocada por los procesos de globalización y las mejoras tecnológicas.

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