REDUCCIÓN JORNADA LABORAL

Los datos de la reducción de jornada: no mejora la productividad y dispara el estrés en las pymes

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Los estudios y pruebas realizados en los últimos años sobre la reducción de la jornada laboral en Francia, Portugal, Suecia o Bélgica demuestran que la productividad no mejora a largo plazo, y que en las pymes genera un sobre esfuerzo que deriva en estrés laboral en muchos casos. Alcanzar por convenio un acuerdo sobre la reducción de jornada es útil y responde a las necesidades de cada sector, pero hacerlo por decreto provoca sobrecostes que algunas empresas no pueden asumir.

Además, la jornada laboral en España, como comentó el secretario general de UGT en OKDIARIO, ya está en realidad de media por debajo de las 40 horas semanales. Su obligatoriedad puede obligar, según los estudios de la CEOE, al cierre en muchos casos dentro del sector de la restauración.

En concreto, España es, según la OCDE, un país especialmente sensible a este tipo de cambios, en tanto que su sector servicios es muy amplio, tiene un peso sumamente relevante en el PIB -entorno al 70% según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo- y además está formado, en su mayoría, por Pymes.

Esas pequeñas y medianas empresas son las que van a cargar con el peso fuerte de la reducción de la jornada laboral en España, puesto que las grandes, por convenio o acuerdos especiales, ya están por debajo de esas horas, teniendo la media en 37,5 horas. Es decir, ya están donde quiere llegar el Gobierno.

Plan Pyme 375

El Ejecutivo quiere poner en marcha el Plan Pyme 375 para acompañar a las empresas en el proceso de contratación. Dan por hecho que la reducción de jornada obligatoria generará empleo porque habrá que cubrir las horas, pero todas las previsiones apuntan a que ese empleo no se cubrirá, sino que se generará un desorden entre los propios empleados que ya tienen y los horarios que se les aplican.

Y además, el Plan Pyme 375, del que se conoce poco más que el nombre, es un plan de acompañamiento a las empresas que gestionará el SEPE, que ya tiene dificultades con su trabajo y sólo da empleo al 3% de los que lo demandan. Un servicio complicado.

Bonificar la contratación, que es la otra idea del Ejecutivo, no ha servido en distintos países. Bélgica o Suecia lo hicieron, y en ambos casos sirvió mientras se bonificaba por completo, y fracasó con posterioridad.

Reducción de jornada por países

Francia implementó en 1997 una jornada obligatoria de 35 horas. Dispuso incentivos fiscales -todavía vigentes- y reducciones de cotización que, en su mayoría, siguen existiendo. Pero aún así, su jornada real está en los 37,5 horas, según los datos que arroja Eurostat. Al permitir complementar las horas con los propios trabajadores, se acaban haciendo más para mantener la productividad.

El ejemplo de Francia no es el único. Bélgica, en 2001, hizo voluntaria la reducción de jornada laboral entre sus empresas, hasta las 38 horas, y ofreció incentivos. Como el resultado no fue el esperado, en 2003 lo hizo obligatorio, y sin dar compensaciones por ello. La productividad cayó más de un 1,5%.

Portugal redujo en 1996 la jornada a 40 horas, en una pirueta extraña porque los trabajadores, vía convenio, ya estaban por debajo de esas horas. No lo ha vuelto a tocar, y tampoco se ha resentido su productividad. Siguen regulando por acuerdos y convenios entre empresas y trabajadores esas dínamicas.

En todo caso, ha habido desde entonces hasta ahora altibajos en la productividad en esos países, siendo complicadísimo vincular una cosa con la otra en los efectos a largo plazo, puesto que influyen otras variables y no hay estudios objetivos concluyentes. Para las empresas que en Francia redujeron la jornada en el periodo voluntario, pudo suponer una disminución de 3,7% en su productividad, según los propios estudios de la Unión Europea. Pese a todo, influyen distintas variables.

Para el FMI la reducción de jornada entraña riesgos para la productividad. La OCDE asegura que puede encarecer los costes laborales y que habría que incentivar no sólo la contratación nueva, sino el empleo ya creado. Y la Unión Europea, aunque mezcle variables, sigue una línea similar. La realidad es que en los países que han logrado reducir la jornada laboral, lo que ha funcionado no es el intervencionismo del Gobierno, sino los acuerdos y pactos en los convenios colectivos.

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