Mercado Laboral

El crecimiento del empleo disminuyó 4,5 puntos por la subida del SMI de 2019, según Fedea

El crecimiento del empleo bajó en aquellas empresas en las que todos sus trabajadores estuvieron afectados por el incremento

Crecimiento empleo, SMI

El crecimiento del empleo disminuyó 4,5 puntos porcentuales por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de 2019 en aquellas empresas en las que todos sus trabajadores estuvieron afectados por el incremento de esta renta mínima, aunque el impacto fue disminuyendo conforme el tamaño de la empresa aumentaba, con un efecto en el empleo «insignificante» para compañías de más de 50 trabajadores.

No obstante, de media, la disminución en la tasa de crecimiento del empleo fue de entre 0,5 y un punto porcentual para todas las empresas en las que hubo trabajadores afectados por el incremento del salario mínimo, lo que supuso una disminución «moderada» puesto que el empleo estaba creciendo a un ritmo de casi un 3%.

Así se desprende del estudio Firm-level Employment Dynamics and Minimum Wages: Evidence from Spain elaborado por Fedea y presentado este lunes por uno de sus autores, Marcel Jansen, de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de Fedea.

El experto ha indicado que el impacto de la subida del SMI de 2019, que fijó el salario mínimo en 900 euros en 14 pagas (+22,3%), generó mayor impacto negativo en las empresas con menos de cinco trabajadores, donde el 100% de los empleados tenía un salario inferior a 900 euros.

A nivel agregado, la subida del SMI afectó al 21% de los establecimientos porque uno de cada cinco tenía por lo menos un trabajador con un salario por debajo del SMI de 2019, siendo vinculante para el 12% de los trabajadores.

En la empresa mediana la subida afectó a la mitad de los trabajadores. Sin embargo, en las empresas de más de 250 empleados, el aumento sólo afcetó al 2%.

«Se destruyó empleo en las empresas más pequeñas (…). La subida se comió todo el crecimiento del empleo y algo más», ha recalcado Jansen, y simultáneamente ha indicado que en las empresas de más de 50 trabajadores no se destruyó el empleo, pero si cambió la calidad del mismo, con un recorte en las horas trabajadas y/o duración de los contratos.

Así, según se extrae del mencionado informe, casi el 40% de las ganancias potenciales por la subida en el salario mínimo se vieron contrarrestadas por los ajustes en las plantillas.

Además, estar en una empresa muy afectada disminuyó en 5,6 puntos porcentuales las oportunidades de empleo de un trabajador, mientras que la subida del SMI no se tradujo en un mejor puesto de trabajo para el empleado desplazado al menos en los 12 meses siguientes al incremento de esta renta mínima.

Por su parte, el incremento del SMI de 2019 reportó en un aumento del salario de 11,4 puntos porcentuales en aquellas empresas con toda la plantilla afectada por la subida del SMI, con un caída progresiva en función de la afectación.

De esta forma, en aquellas empresas donde la mitad de la plantilla se vio afectada por el alza del salario mínimo de 2019, el aumento salarial fue de 5,7 puntos.

El efecto del SMI sobre el empleo

Sobre la fijación del SMI al 60% del salario medio, una medida que el Ministerio de Trabajo quiere impulsar, Jansen ha advertido de que fijar este salario mínimo por ley quita cualquier posible margen de adaptar esta política a la evolución del mercado laboral.

En esta línea, ha advertido de un efecto «contraproducente» de esta política porque el SMI debe adaptarse a la economía. «¿Qué va a ocurrir cuándo la economía española entra en recesión en el futuro? No hay ninguna razón para pensar que el efecto del SMI es simétrico a lo largo del tiempo», ha señalado.

Para el experto, los sucesivos incrementos del SMI desde 2018 están generando una «rigidez a la baja» de los salarios, ya que los sueldos se acercan cada vez más a esta renta mínima, lo que podría tener un impacto negativo en una etapa recesiva.

Por ello, Jansen ha deslizado la idea de introducir un salario mínimo en función de la edad o el perfil, al igual que pasa en países como Alemania, lo que permitiría, por ejemplo, que el SMI sea inferior en el caso de los jóvenes, que son menos productivos y a menudo viven con sus padres.

Igualmente, ha abogado por contar por ley con una comisión de expertos en el área, así como con mejores datos disponibles, para que dicho grupo gestiones el margen disponible en cada momento para las subidas del SMI, además de introducir mejoras en el diseño del salario mínimo.

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