La contradicción del Gobierno con los trabajadores: reduce la jornada pero restringe el teletrabajo
La "inseguridad jurídica lastra la implementación" del trabajo a distancia
El Gobierno cae en una contradicción con los trabajadores, pues, mientras la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, insiste en que hay que reducir la jornada laboral, pone dificultades legislativas para que las empresas implementen una de las mayores demandas de sus empleados, el teletrabajo. Así se desprende del último estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que asegura que la «inseguridad jurídica lastra la implementación» del trabajo a distancia.
Además, esta universidad asegura que no es el primer estudio que se hace al respecto y que llega a la misma conclusión: «Investigaciones previas realizadas a escala nacional por la profesora Rovira –que dieron como resultado la monografía La fiscalidad del trabajo a distancia– la llevaron a tomar consciencia de que, para consolidar el teletrabajo en España, es necesario erradicar dos factores clave: la reticencia de los empleadores a ofrecerlo y la inseguridad jurídica que deriva de la normativa actual».
En concreto, los analistas hacen referencia a la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia, la cual provoca que los empleadores sean reticentes a este modelo por las dificultades a la hora de cumplir «las obligaciones que imponen los artículos 11 y 12 de la Ley».
Las restricciones al teletrabajo
El artículo 11 trata sobre el «derecho a la dotación suficiente y mantenimiento de medios, equipos y herramientas». «Las personas que trabajan a distancia tendrán derecho a la dotación y mantenimiento adecuado por parte de la empresa de todos los medios, equipos y herramientas necesarios para el desarrollo de la actividad», reza la norma.
Por su parte, el artículo 12 trata sobre «el derecho al abono y compensación de gastos». «El desarrollo del trabajo a distancia deberá ser sufragado o compensado por la empresa, y no podrá suponer la asunción por parte de la persona trabajadora de gastos relacionados con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral», establece.
Es decir, la legislación marca que el empleador tendría que realizar múltiples inversiones dedicadas a cada uno de sus empleados para poder mantener el sistema dentro de su mercantil, así como garantizar «la atención precisa en el caso de dificultades técnicas», algo que provoca el rechazo de muchos.
Estas restricciones impiden que los trabajadores puedan acceder a estas ventajas. «Durante el estado de alarma, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, más de la mitad de los empleadores y empleadoras de España ofreció la posibilidad de trabajar a distancia y el 46,7 % de la plantilla aprovechó esta oportunidad. Sin embargo, los datos actuales muestran que en la actualidad menos del 8% de los empleados teletrabajan, por lo que, cuatro años después, esta modalidad laboral se encuentra muy por debajo de su potencial», explica la UOC.
«La falta de implementación generalizada del teletrabajo es una realidad, pese a que la experiencia de las personas que lo practicaron durante la pandemia fue mayoritariamente positiva», apunta Irene Rovira Ferrer, investigadora de la UOC.
«Consolidar el teletrabajo aporta ventajas para todos los actores implicados: los empleadores, los empleados y el propio Estado. Hay estudios que demuestran los beneficios para los empleadores en términos económicos y de rentabilidad. Además, la experiencia mayoritaria es positiva para los empleados y, en cuanto al Estado, el teletrabajo resulta especialmente ventajoso para cumplir con la Agenda 2030», explica Rovira.
Sin embargo, el Ejecutivo desdeña estas ventajas y mantiene una ley rígida que no fomenta la modalidad a distancia. Mientras tanto, la ministra Díaz centra sus esfuerzos en una reducción de jornada de dos horas y media por semana que, para un trabajador que realiza su tarea de lunes a viernes, significaría salir media hora antes de su puesto.
El teletrabajo ofrece beneficios aún mayores, pues se eliminan los tiempos de transporte (y sus costes) al puesto laboral y ofrece mucha más flexibilidad para los trabajadores. Tan sólo con este elemento, los empleados que vivan a más de 15 minutos de su trabajo ganarían más tiempo de su vida que implementando la reducción de jornada.