El Congreso debate la información que deben proporcionar los operadores criptomonedas a Hacienda
La Comisión de Hacienda y Función Pública debate este miércoles en el Congreso cómo regular las obligaciones de información a la Agencia Tributaria de aquellos intermediarios financieros en la compraventa de criptomonedas.
La iniciativa, una proposición no de ley registrada el pasado mes de marzo por el diputado de Ciudadanos Vicente Ten Oliver, persigue lograr una tributación efectiva y adecuada de los rendimientos obtenidos en estas operaciones.
En ella, Ten Oliver destaca que, aunque la regulación sobre las criptomonedas «no es clara todavía, su tributación sí lo es», pues todo contribuyente deberá declarar pérdidas y ganancias de patrimonio que se produzcan como consecuencia de una compraventa, tal y como se realiza con activos financieros.
En estos casos, señala que una persona que tribute por IRPF la ganancia patrimonial obtenida por la diferencia de valores de adquisición y transmisión, descontando gastos de tramitación o gestión, tributará al 19% hasta los 6.000 euros, al 21% hasta 50.000 euros y al 23% más allá de esa cifra.
Por otro lado, Ten Oliver pide «dar una difusión adecuada» de la información sobre los riesgos, derechos y garantías que se asumen al invertir en criptomonedas «para evitar perjuicios económicos de imposible reparación, dada la triste historia reciente en productos financieros complejos de alto riesgo».
Así, pide «acompasar el cumplimiento de las estrictas regulaciones financieras al crecimiento y ritmos de las empresas más innovadoras», de manera que «no se estrangule con normas al sector ‘fintech’ pero tampoco se relaje la protección de los derechos de los consumidores».
Por último, el diputado de Ciudadanos pide elaborar una regulación adecuada para favorecer la innovación y tecnología ‘Blockchain’ «con la necesaria seguridad jurídica», revisando para ello las diferentes normativas que puedan afectar al desarrollo y adopción de esta tecnología.
En este sentido, pide favorecer su introducción en el mercado «mediante entornos controlados de pruebas» y pone el ejemplo de Reino Unido, donde se pone en contacto a empresas e inversores cualificados para desarrollar aplicaciones prácticas y tecnológicas de estos fenómenos, en espacios conocidos como ‘sandboxes’.