CEOE dispuesta a un pacto de rentas si se bajan los impuestos e incluye a funcionarios y pensionistas
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha asegurado este jueves que la patronal no se opone a un pacto de rentas, que en su opinión exige un «acuerdo de país», siempre y cuando el Gobierno baje los impuestos a las empresas y se incluyan las pensiones y los sueldos públicos. Garamendi ha reiterado la postura de la patronal, opuesta a que se indexen los salarios a la inflación, tal y como defienden el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de España.
En cierta medida, ha dicho, «eso es lo que reclaman los sindicatos, una cláusula de garantía salarial a través de la inflación», algo que la mayoría de empresas no puede asumir.
«El pacto de rentas, en caso de haberlo, no sólo afecta al empleo privado, empresarios, sindicatos y trabajadores, porque eso es el acuerdo nacional de convenios, hay que hablar de funcionarios, de impuestos, qué pasa con las pensiones», ha afirmado.
Es algo que «va mucho más allá, afecta al dialogo social y a toda la clase política, es un acuerdo de país», pero no es una obligación de empresarios o trabajadores, es del conjunto de la sociedad empezando por el Gobierno y los partidos.
Abierta al diálogo
La CEOE «nunca se va a negar a estar sentados», ha querido aclarar Garamendi, que ha rechazado que «los empresarios no aceptan, nunca hemos hablado de cifras, esas cifras que se dice que no hemos aceptado no son tales».
La patronal siempre está dispuesta al diálogo, y «no nos levantamos de la mesa de negociación», ha señalado, al tiempo que ha destacado que «en ningún caso decimos que no hay que subir salarios, habrá que hacerlo pero no indexándolos al inflación», según informa Efe.
«Estamos abiertos al diálogo y seguimos hablando, pero cuando la postura de los sindicatos es la que es, indexar los salarios a la inflación, con el apoyo de la ministra de Empleo, sabemos que es un error», ha añadido. Garamendi se ha referido también al salario mínimo, «una facultad del Gobierno, no un tema de acuerdos», que en los últimos tres años ha subido un 30%, y que puede haber provocado pérdidas a algunas empresas.
El principal problema de España, demás de los tres millones de parados, es la inflación, «en buena medida a causa de la guerra en Ucrania», y las medidas que se adopten debe ir encaminadas a que esa inflación sea coyuntural y no estructural.