El caso Plus Ultra termina de arrastrar a la SEPI por el fango… y ahora viene Mediapro
Que la SEPI vive la crisis más grave de su historia es algo que saben bien los lectores de OKDIARIO. Aquí desvelamos que ese dechado de elocuencia que es María Jesús Montero, a la sazón ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, guarda la presidencia y permite dirigir la sociedad en la sombra -secretaria, coche oficial, email, visitas…- a un protegido suyo, Vicente Cecilio Fernández Guerrero, pese a que dimitió en 2019 al ser imputado por el caso Aznalcóllar. Ahora ya ha sido procesado, pero Montero sigue sin sustituirle pese al ridículo en el que ha quedado.
Esta situación inédita tiene paralizado al hólding de las empresas del Estado desde hace año y medio, parálisis que choca con el teórico papel crítico del pomposamente llamado Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas de 10.000 millones para salvar a las grandes compañías afectadas por la crisis del covid. De hecho, hasta esta semana sólo había rescatado en ocho meses a una empresa (Air Europa) mediante dos préstamos. Y lo que es peor, este vacío de poder la hace muy ‘bizcochable’ para el Gobierno de turno, más todavía de lo que es habitual en ese organismo.
Sólo así se entienden los acontecimientos de esta semana, que prometen traer cola. Por un lado, por fin se ha cerrado el segundo rescate del fondo, el de Duro Felguera, con 120 millones siete meses después de pedirlo, como para unas prisas. Este rescate termina de pervertir por completo las normas del Fondo, que ya estaban en duda con la operación de Air Europa. Por un lado, las empresas rescatadas deben ser estratégicas, lo cual puede entenderse como que son líderes de su mercado, que su desaparición provocaría una situación de monopolio u oligopolio, que hay un servicio esencial que se dejaría de prestar sin ellas, que manejan infraestructuras estratégicas o que su quiebra afectaría a la seguridad nacional.
Duro Felguera: crisis estructural, pero Asturias es socialista
Nada de esto ocurre en los dos casos, pero menos aún en el de la empresa asturiana de bienes de equipo. Aquí se ha usado el subterfugio del empleo que genera en su región, cuya destrucción puede provocar un problema social. Aceptamos pulpo como animal de compañía. Recuerden que en Asturias gobierna el socialista Adrián Barbón. Lo que sí que no se sostiene de ninguna manera es el segundo requisito del Fondo: que los problemas sean puntuales derivados de la crisis del covid. Duro Felguera se salvó del concurso de acreedores en el último segundo en verano de 2018, con una quita enorme que asumieron los bancos acreedores. Y dos años después, está en las mismas. Puntual, lo que se dice puntual, no parece su problema.
Abierto ese coladero, prácticamente todo el mundo puede pedir ayudas. Sin duda, Abengoa, después del fracaso del plan de reestructuración de agosto por culpa de la Junta de Andalucía, el ICO y los accionistas minoritarios. Mejor dicho, AbenewCo 1, la filial ‘buena’ que es la que quiere salvar Ana Botín con su jugada maestra de forzar el concurso de la matriz, como ya les contamos en esta columna. Porque las empresas en concurso no pueden pedir dinero al Fondo (saltarse esa norma sería el colmo), así que sólo puede rescatar a la filial. Y así se libra de los minoritarios de la matriz de un plumazo. Y al Gobierno le interesa mucho preservar el empleo y aparecer como el salvador de la empresa emblema de Andalucía después de que Juanma Moreno la dejara en la estacada.
Plus Ultra: no es estratégica, pero sí venezolana
Pero la utilización espúrea de la SEPI por el Gobierno ha llegado al paroxismo esta semana cuando, a traición y colándolo de rondón junto al de Duro Felguera, anuncia el rescate -con 53 millones, que no está mal- de una pequeña aerolínea desconocida para el gran público llamada Plus Ultra que el año pasado operó cuatro vuelos. Calificarla de estratégica suena directamente a cachondeo. Así que no se les ha ocurrido mejor excusa que decir que lo hacen porque «el turismo es un sector estratégico» y para «fomentar la competencia», con un par. Además, Plus Ultra no ha ganado nunca dinero desde que se fundó en 2011, así que, lo de los problemas puntuales, ya tal si eso.
¿Por qué se rescata antes a esa minúscula aerolínea? Pues porque lo ordena el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, como ya lo hizo con Air Europa. Y el vicepresidente y cabeza visible (la otra es invisible) de la SEPI, Bartolomé Lora, se pone en primer tiempo de saludo y a mandar, que para eso estamos. Entonces, la pregunta es por qué Ábalos tiene tanto interés es salvarla. Y aquí es donde nos metemos de lleno en terreno embarrado.
Plus Ultra fue fundada por Julio Martínez Sola y Fernando González Enfedaque, los empresarios que crearon Air Madrid, que acabó quebrando en 2006 y dejando colgados a numerosos viajeros que tenían billetes comprados. El segundo, además, fue condenado por delito fiscal. La cosa ya empieza mal. Pero sigue peor porque un 47% del capital en manos de una sociedad Snip Aviation, propiedad de los empresarios venezolanos Rodolfo José Reyes Rojas, Raif El Arigie Harbie y Roberto Roselli Mieles, todos ellos cercanos al régimen de Nicolás Maduro y con relaciones bastante estrechas con su vicepresidenta, la famosa Delcy Rodríguez que se reunió en Barajas con Ábalos sin pisar suelo español, y la esposa de Maduro, Cilia Flores. La cosa ya apesta. No es de extrañar que Vox haya pedido explicaciones en el Congreso.
Algunas fuentes atribuyen todo este enredo al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero más que al sospechoso habitual cuando se trata de Venezuela, Pablo Iglesias. Son bien conocidas las relaciones de ZP con el régimen, que vienen desde 2005, cuando él, José Bono y Miguel Ángel Moratinos le vendieron a Hugo Chávez ocho barcos de guerra. A partir de aquí, hay todo tipo de especulaciones sobre los motivos de Ábalos.
El que faltaba: Mediapro
Otro elemento especialmente sangrante de esta operación es que Plus Ultra adelanta por la derecha a una enorme cola de empresas turísticas 100% españolas que están a la tercera pregunta y cuya importancia para nuestra economía es muchísimo mayor, como Hotusa, Halcón Viajes-Ávoris, Transmediterránea, Hotelateliers, Wamos, Juliá o Room Mate. Por no hablar de las industriales: aparte de Abengoa, la siderúrgica Celsa (que ha pedido 700 millones, ahí es nada) y la planta de Alcoa en Lugo, aunque sea para revenderla.
Y éramos pocos y parió la abuela: ahora se añade a esa lista nada menos que Mediapro, que está negociando con la SEPI para pedir también el rescate, según Expansión. Mediapro es la productora del millonario Jaume Roures, famoso por ser el rey de los derechos del fútbol español y por editar el periódico Público, próximo a Podemos. Roures arrastra una larga ristra de escándalos de los que ha dado cuenta OKDIARIO, y ya solo faltaba que la SEPI mire para otro lado, se tape la nariz y le inyecte capital público. ¿Alguien duda de que lo hará?