Tercera inyección de la SEPI

Escándalo por el rescate de la minúscula ‘venezolana’ Plus Ultra para «preservar la competencia»

El Gobierno da preferencia a la aerolínea frente a todas las empresas turísticas españolas

Plus Ultra
Avión de Plus Ultra.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El inesperado rescate de la aerolínea Plus Ultra por parte de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), anunciado el martes por el Gobierno junto el de Duro Felguera, ha provocado un escándalo en el mundo económico por priorizar a una aerolínea minúscula y con capital venezolano frente a todo el sector turístico español. Esta decisión se ha tramitado a toda velocidad por el holding público y se ha justificado para «preservar la competencia», según fuentes conocedoras de la situación, pese a que Plus Ultra representa menos del 1% del tráfico aéreo.

Las fuentes consultadas explican que el rescate de esta aerolínea ha sido propuesto por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, como también lo fue en su día el préstamo a Globalia (matriz de Air Europa). Y se ha tramitado en la SEPI «de soslayo», es decir, «se ha limitado a reproducir los argumentos que le habían presentado desde arriba con poca información y a toda velocidad».

Entre esos argumentos, sobresale el de que se la concede la ayuda pública «para fomentar la competencia» en un sector estratégico como el aéreo, algo «ridículo» según los críticos de la medida. Plus Ultra cuenta con una flota de solo cuatro aviones y supone menos del 1% del tráfico aéreo español y el 0,03% de las operaciones registradas por Aena en 2019, según Vozpópuli. Es decir, es imposible considerarla estratégica (como exige el reglamento del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas) y su aportación a la competencia es irrelevante.

Además, las fuentes añaden que se incluyó en el mismo paquete que los 120 millones de Duro Felguera (que fueron solicitados en agosto y no se han concedido hasta esta semana tras arduas negociaciones) para intentar que pasara desapercibido el rescate de Plus Ultra. Y no es una cifra pequeña: 53 millones, divididos en un préstamo participativo de 34 millones y otro ordinario de 19.

La conexión venezolana

Además, se da la circunstancia de que el 47% de Plus Ultra pertenece a la sociedad Snip Aviation, propiedad de los venezolanos Rodolfo José Reyes Rojas, Raif El Arigie Harbie Roberto Roselli Mieles, todos ellos cercanos al régimen de Nicolás Maduro y con relaciones con su vicepresidenta, la famosa Delcy Rodríguez, y la esposa del presidente venezolano, Cilia Flores.

De ahí que algunos observadores vean detrás del rescate la mano del ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, cuyas estrechas relaciones con el régimen venezolano son bien conocidas y que mantiene una fuerte influencia sobre Pedro Sánchez. El diputado de Ciudadanos Toni Cantó es uno de los que más ha criticado esta circunstancia:

El resto del capital de Plus Ultra está en manos de dos empresarios españoles, Julio Martínez Sola y Fernando González Enfedaque, que en su día dirigieron otra aerolínea, Air Madrid, que acabó en concurso de acreedores. Fundada en 2011, no ha registrado beneficios en ningún ejercicio, lo cual hace difícil sostener que cumple el otro requisito para recibir dinero del fondo de la SEPI (además de ser estratégica): que sus problemas sean puntuales derivados de la crisis del covid.

Adelanta a todo el sector turístico español

Otro elemento que ha indignado al mundo empresarial es que se haya priorizado el rescate de Plus Ultra sobre un montón de empresas 100% españolas del sector turístico que se encuentran en situación desesperada y que esperan pacientemente que la SEPI tenga a bien estudiar su solicitud.

Como ha informado OKDIARIO, las solicitudes de ayuda del sector en conjunto superan incluso la cuantía máxima que puede repartir el Fondo (10.000 millones). Han pedido el rescate nombres como las agencias Halcón Viajes (también de Globalia) y Ávoris, (Barceló) en proceso de fusión, Naviera Armas (Transmediterránea), las hoteleras Hotusa, Hotelatelatier, Sehrs y Selenta, la aerolínea Wamos, el touroperador Juliá y, ayer mismo, Room Mate, la cadena hotelera de Kike Sarasola y Sandra Ortega. Además de la ya comentada Air Europa, que ha recibido ayudas por 475 millones.

Eso, sin hablar de las empresas industriales, donde a Duro Felguera se suman solicitudes como la de Celsa, que ayer elevó la cuantía de su petición de 350 a 700 millones, y la más que probable de Abengoa, como adelantó OKDIARIO y confirmó ayer la ministra del ramo, Reyes Maroto.

Para tener la escena completa, cabe recordar que la SEPI sigue sin presidente por la negativa de la ministra de Hacienda -de quien depende la sociedad-, María jesús Montero, a sustituir a su protegido, Vicente Fernández Guerrero, a pesar de haber sido procesado por el caso Aznalcóllar. En vez de eso, lo mantiene como presidente en la sombra desde octubre de 2019, como denunció OKDIARIO, y no pretende sustituirlo hasta que «sea el momento indicado», en sus propias palabras.

Fuentes cercanas al holding público explican que esta ausencia de liderazgo hace que la SEPI -dirigida formalmente por su vicepresidente, Bartolomé Lora- se limite a cumplir las órdenes que le llegan desde el Gobierno. Como el rescate de Plus Ultra.

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