El BCE reducirá en el primer trimestre de 2022 las compras de deuda
El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves comprar menos deuda de emergencia por la pandemia en el primer trimestre de 2022 que en el cuarto trimestre de 2021. Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó en un comunicado de que «el progreso en la recuperación económica y hacia su objetivo de inflación a medio plazo permite una reducción paso a paso del ritmo de sus compras de activos los próximos trimestres».
Sin embargo, el BCE señaló que aún son necesarios estímulos para que la inflación se estabilice en el objetivo de inflación del 2% en el medio plazo. Ante la incertidumbre actual, el Consejo de Gobierno consideró que es preciso mantener flexibilidad en la política monetaria.
La pandemia ha mostrado que, bajo unas condiciones tensionadas, la flexibilidad en el diseño y realización de las compras de activos han ayudado a contrarrestar los fallos en la transmisión de la política monetaria y ha conseguido avanzar hacia el objetivo del Consejo de Gobierno.
La institución dijo que en el primer trimestre de 2022, espera llevar a cabo compras de activos netos bajo el programa de compras de emergencia por la pandemia, el PEPP, a un ritmo menor que en el trimestre anterior. Dejará de realizar las compras bajo el paraguas del PEPP a finales de marzo de 2022, para cuando habrá adquirido deuda pública y privada por un total de 1,850 billones de euros, para apoyar a la economía durante la crisis por la pandemia.
Asimismo, el BCE anunció que comprará deuda en el segundo y tercer trimestre de 2022 con otro programa de estímulos monetarios una vez que concluyan las compras de bonos de emergencia por la pandemia a finales de marzo del próximo año.
Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó de que adquirirá bonos por valor de 40.000 millones de euros en el segundo trimestre y por valor de 30.000 millones de euros en el tercer trimestre con el programa de estímulos monetarios que tenía antes de la pandemia. Estas compras de bonos finalizarán poco antes de que comience a subir los tipos de interés oficiales.
En la actualidad, el BCE compra deuda por valor de alrededor de 70.000 millones de euros al mes debido a la pandemia, y por valor de más 20.000 millones de euros al mes con el otro programa de expansión cuantitativa.
Por otra parte, tal y como se esperaba, el BCE mantuvo los tipos de interés en cero y la tasa de depósitos en el -0,50%. «Para apoyar su objetivo simétrico de inflación del 2% y en línea con su estrategia de política monetaria, el Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE continúen en sus niveles actuales, o en niveles inferiores, hasta que observe que la inflación se sitúa en el 2%» a medio plazo, según el comunicado.
Línea prudente del BCE
El anuncio del BCE se produce después de que la Fed anunciara el miércoles que acelerará la reducción de las compras de bonos y de que el Banco de Inglaterra subiera este jueves los tipos de interés desde el mínimo del 0,1 al 0,25% -su primer aumento en tres años-, con el fin de contener la inflación, que se situó en noviembre en un 5,1%, el mayor incremento desde 2011.
«Aunque la Fed ha duplicado el ritmo de la retirada de estímulos y el Banco de Inglaterra acaba de incrementar los tipos de interés, el BCE apenas ha esbozado sus planes para también reducir sus compras de activos mensuales. Es una retirada de estímulos muy cauta», aseguran los expertos de ING en un informe.
Esa línea prudente del BCE contrasta con la escalada de la inflación en Europa -nada menos que del 6% en noviembre en Alemania, su principal economía-. «Dado que la aceleración de la inflación está impulsada fundamentalmente por factores extraordinarios, normalmente relacionados con la pandemia, y dado que el BCE cree en esta narrativa, hay muy poco que pueda hacer el BCE de forma inmediata para contener la inflación», agregan los analistas del banco holandés.
Revisión al alza de las previsiones de inflación
El BCE revisó también notablemente al alza sus pronósticos de inflación respecto a los que hizo en septiembre por el fuerte aumento de los precios de la energía. La entidad ahora pronostica un crecimiento en 2021 del 5,1% -frente a la estimación del 5% en septiembre-, con una inflación del 2,6% -por encima del 2,2 % previsto en septiembre-.
Lagarde dijo en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno que la recuperación económica de la eurozona se ha ralentizado en el cuarto trimestre, pero prevé que repunte el próximo año.
Existe incertidumbre por la variante ómicron de coronavirus que ha llevado a las autoridades a endurecer sus medidas de contención, lo que supone más restricciones de viajes y en la vida social, según Lagarde.
El BCE ahora prevé un crecimiento en 2022 del 4,2% con una inflación del 3,2 % y una expansión en 2023 del 2,9% con una inflación del 1,8%. Para 2024, el BCE pronostica un crecimiento del 1,6% con una inflación del 1,8%.
Lagarde subrayó que «la inflación podría ser más elevada si los salarios suben más rápidamente de lo esperado», aunque se decantó por una bajada a lo largo del próximo año.