El BCE reconoce que la subida de tipos de interés castigará el crecimiento económico de España en 2023
El Banco Central Europeo está convencido de que las subidas de tipos de interés en marcha, que no es probable que cesen hasta mediados de este año, castigarán el crecimiento económico de la zona euro, y también de países como España, donde el Gobierno alberga un optimismo sobre la evolución de la economía poco coherente con las amenazas que afronta. Las últimas estimaciones de la vicepresidenta Calviño prevén que el PIB habrá aumentado en 2022 por encima del 5% y sigue sosteniendo que crecerá un 2,1% durante el presente ejercicio.
Este cálculo, sin embargo, está muy por encima de las previsiones de todos los organismos internacionales y de los principales servicios de estudios españoles, que sitúan el crecimiento en el entorno del 1% y en muchos casos por debajo. Según el BCE, las subidas de tipos ya están teniendo un reflejo inmediato en el euribor, con la correspondiente repercusión sobre el coste de las hipotecas, que absorben una parte cada vez más importante de la renta de las familias perjudicando sus posibilidades de consumo y de inversión y afectando claramente a la demanda. Adicionalmente, el encarecimiento del precio del dinero tiene un efecto directo sobre el coste de la financiación empresarial y la capacidad de emprender nuevos proyectos de negocio, además de que contribuye a engordar el coste de la deuda privada.
A pesar de las consecuencias recesivas del endurecimiento de la política monetaria, el BCE está dispuesto a seguir subiendo contra viento y marea los tipos de interés para contener una inflación media que está en el 10% en Europa, muy lejos del objetivo oficial y fundacional del 2%. Aunque es posible que la senda que elija el banco central sea la de aumentos del 0,5%, descartando incrementos más agresivos del 0,75% como ha realizado en dos ocasiones durante el año pasado, éstas se mantendrán al menos durante el primer semestre del ejercicio. Y aún así, hay una batalla de fondo en el seno de la institución, pues algunos países, fundamentalmente los bálticos, con tasas de inflación del 20%, pugnan y están conjurados para presionar en favor de una mayor contundencia.
En esta misma línea se encuentran otros estados miembros como Alemania, Holanda o Finlandia, partidarios de cortar de raíz la escalada de precios sin contemplaciones, a pesar de su impacto sobre el dinamismo económico. La opinión de todos ellos es que esta es la única manera de asegurar un crecimiento sano, sostenible y pujante en el futuro. El Fondo Monetario Internacional, la principal institución de referencia a este respecto, acaba de pedir al presidente de la Reserva Federal americana, Jerome Powell, que continúe con su labor de atajar la inflación, y se supone que lo mismo piensa en el caso del BCE.
La directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, ya ha apuntado a que una tercera parte de las economías del planeta entrará en recesión este año y que la situación será aún más sombría en la Unión Europea, donde se espera que la contracción afecte a la mitad de sus economías, influidas por el foco de inestabilidad permanente que supone la persistencia de la guerra de Ucrania. Aunque cabe la posibilidad de que España se salve de la recesión, nuestra economía se va a ver muy afectada por la peor coyuntura en otros países a los que exportamos gran parte de nuestros bienes como Alemania, esto puede tener repercusiones evidentes sobre el turismo «y en cualquier caso no puede considerarse una hazaña esquivar la recesión», aseguran las fuentes consultadas. «Lo que está fuera de toda duda es que España lleva camino de un claro estancamiento económico con una inflación todavía elevada, que podría repuntar en los próximos meses», recuerdan los citados medios.