El Banco de Inglaterra constata que Santander UK es la entidad mejor preparada en caso de quiebra

Santander UK
Interior de un Work Café de Santander.

Santander UK es el único gran banco de Reino Unido cuyo informe de viabilidad en caso de resolución no ha merecido ninguna recomendación por parte del Banco de Inglaterra.

Los ocho mayores bancos que operan en Reino Unido -HSBC, Barclays, Lloyds, NatWest, Nationwide, Santander UK, Standard Chartered, Virgin Money- han tenido que presentar al Banco de Inglaterra credenciales sobre su administración en caso de resolución y quiebra, medida adoptada en el país tras la crisis económica y financiera surgida en 2008.

El Banco de Inglaterra publicó el viernes la primera evaluación sobre el nivel de previsión y actuación de las mayores entidades del país en el caso de resolución, concluyendo que, en la actualidad, cualquiera de ellas podría quebrar sin afectar al resto del sistema financiero, aunque apunta que todavía «son necesarias mejoras».

Los ocho mayores bancos de Reino Unido han tenido que demostrar en su documentación al Banco de Inglaterra disponer de los recursos financieros adecuados en el caso de resolución; ser capaces de mantener la actividad si se produjera una situación de severa tensión financiera; y ser capaces de comunicarse de forma efectiva tanto internamente como con las autoridades y los mercados.

«Santander UK confía en su capacidad para alcanzar los resultados requeridos para respaldar una resolución ordenada», dice la entidad en su documentación al Banco de Inglaterra.

La filial británica de Santander explica que, en caso de resolución, se separaría de su matriz, y que se dividiría en subgrupos que podrían ser resueltos individualmente.

Santander UK señala que la «barrera idiosincrásica» que afronta en caso de resolución, es su vinculación con Santander. El banco afirma que es «legal y operativamente separable de su matriz» y que las interconexiones entre Santander UK y Santander son «monitorizadas y están claramente documentadas».

En su informe de evaluación comunicado el viernes, el Banco de Inglaterra concluye que las ocho mayores entidades financieras del país «han superado ya el problema pasado de ser demasiado grande para caer».

Pero a la hora de evaluar la posición de cada uno de los ocho bancos para responder a una resolución, el Banco de Inglaterra anota recomendaciones o señala ciertas debilidades detectadas, excepto en el caso de Santander UK, donde no ha identificado área de mejora.

Por ejemplo, en el caso del HSBC, Banco de Inglaterra ha advertido «deficiencia de financiación» y también en la «planificación de reestructuración». En Standard Chartered, existe «área de mejora» en el ámbito de la gestión, gobernanza y comunicación de la entidad. O en Virgin Money, donde se ha detectado posibilidad de mejora en «las capacidades de planificación de reestructuración».

Las lecciones de la crisis

El objetivo de la normativa británica de resolución de una entidad financiera es evitar el apoyo público a un banco con problemas. El Banco de Inglaterra vela porque las pérdidas sean asumidas por accionistas y acreedores, y que los bancos afectados puedan garantizar los servicios básicos a sus clientes mientras se reestructuran, venden o liquidan.

En su evaluación sobre la capacidad de resolución de los ocho mayores bancos que operan en Reino Unido, comunicada el viernes, el Banco de Inglaterra recuerda que en 2008, cuando estalló la crisis financiera mundial, no existía un régimen de resoluciones como ahora, y que hubo que optar por dejar que los bancos quebraran «o rescatarlos con dinero de los contribuyentes».

Reino Unido tuvo que emplear 137.000 millones de libras de fondos públicos para estabilizar el sistema financiero. «A pesar de ello, Reino Unido no fue ajeno a la recesión mundial», advierte el Banco de Inglaterra en su informe comunicado el viernes. «No podemos olvidar estas lecciones», subraya.

Ahora, dice el Banco de Inglaterra, los bancos «están en mejor posición», y en caso de resolución «los clientes podrían seguir accediendo a sus cuentas y servicios con normalidad y las pérdidas serían pagadas por los accionistas e inversores, no por los contribuyentes».

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