El Banco de España eleva al 3,4% el déficit de la economía en 2024, por encima del límite del 3%
El Gobierno no cumplirá con Bruselas en cuanto al déficit público en 2024. Según las nuevas previsiones publicadas por el Banco de España este martes, el déficit cerrará este año en el 3,4%, una décima más que su anterior previsión y cuatro décimas por encima de lo presupuestado por el Gobierno. Bruselas ya ha puesto en marcha las reglas fiscales y las sanciones por superar los límites del 3%, pero el Banco de España asegura que no habrá sanción para España de Europa ya que el incremento del déficit se debe a los gastos de la DANA.
El organismo estima que estas medidas implicarían un incremento del gasto de en torno al 0,5% del PIB, que se repartiría entre 2024 y 2025.
El Banco de España mejora las perspectivas de déficit para 2025 desde el 3,1% hasta el 2,9% y para 2026, desde el 3,2%, hasta el 2,7%, porcentaje que se mantendría en 2027, por lo que España conseguiría bajar del 3% exigido por las reglas fiscales europeas en el horizonte de proyección.
Además, el organismo que dirige el ex ministro socialista José Luis Escrivá ha revisado en tres décimas al alza su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español tanto en 2024 como en 2025, hasta el 3,1% y el 2,5%, respectivamente, mientras que ha mantenido sin cambios su perspectiva para 2026, en el 1,9%, y ha advertido sobre una ligera desaceleración en 2027, con un avance del 1,7%.
En su último informe trimestral de la economía española, el organismo ha destacado que, tras el elevado dinamismo de la actividad registrado en el tercer trimestre, los indicadores disponibles apuntan a que el ritmo de expansión del PIB se mantendría «robusto» en el último trimestre del año, pese al impacto negativo -previsiblemente transitorio- que la DANA, que afectó a varias provincias españolas a finales de octubre, habría tenido sobre la actividad económica en las últimas semanas.
El Banco de España ha elevado en tres décimas sus estimaciones para la tasa de crecimiento del producto en 2024, hasta el 3,1%, debido al efecto «arrastre positivo» que resulta de los nuevos datos de la Contabilidad Nacional Trimestral publicados por el Instituto Nacional de Estadística a finales de septiembre y a un dinamismo de la actividad en el segundo semestre del año «más intenso de lo esperado».
En concreto, el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre podría situarse entre el 0,6% y el 0,7% en términos intertrimestrales. Estas tasas, cuya estimación está rodeada de una «elevada incertidumbre», ya incorporan el posible impacto negativo de la DANA sobre la actividad económica, que restaría entre una y dos décimas al crecimiento del PIB en el trimestre en curso.
En todo caso, el Banco de España prevé que este impacto negativo sea «eminentemente transitorio» y se verá compensado, además, en los primeros meses de 2025 por el impulso fiscal procedente de las diversas medidas de apoyo, «en tanto en cuanto se lleve a cabo un despliegue ágil y efectivo de dicho apoyo».
Por su parte, la tasa de avance del PIB prevista para 2025 también se revisa al alza en tres décimas, hasta el 2,5%, como resultado del efecto arrastre positivo asociado a un vigor de la actividad en los últimos trimestres de 2024 mayor que el anticipado, y al mayor crecimiento previsto ahora para el PIB durante el primer semestre de 2025.
De acuerdo con las proyecciones, el crecimiento del PIB en el período 2024-2027 se sustentará en el dinamismo de la demanda interna. En particular, el consumo privado será la rúbrica con una mayor aportación al avance de la actividad en este período, fruto de la evolución favorable que se proyecta para la renta disponible, el empleo y la confianza de los hogares, así como del incremento poblacional previsto.
Por su parte, la formación bruta de capital –inversión–, que es el componente de la demanda cuya recuperación con respecto a los niveles previos a la pandemia exhibe un mayor retraso -en particular, en su vertiente privada-, aumentaría su aportación al crecimiento del PIB en los próximos trimestres, resultado de un mayor despliegue de los fondos NGEU y de unas mejores condiciones de financiación.
En cuanto a la inflación, el Banco de España prevé que disminuirá desde una tasa promedio del 3,4% en 2023 hasta el 2,9% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,7% en 2026. Esta desaceleración reflejaría una moderación gradual de la inflación subyacente –que pasaría de una tasa promedio del 4,1% en 2023 al 2,9% en 2024, el 2,3% en 2025 y el 1,9% en 2026–.
En 2027, la tasa de inflación general volvería a repuntar, hasta el 2,4%, como consecuencia de la introducción prevista de un nuevo régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea, que afectará al transporte por carretera, a la calefacción de los hogares y a algunas industrias no cubiertas por el sistema en vigor y generará, previsiblemente, «un notable incremento de los precios energéticos y de la inflación general».
Respecto al mercado laboral, el Banco de España prevé que, frente al incremento del 3% registrado en 2023, el empleo aumente un 2,1% en 2024 y se ralentice al 1,6% en 2025, al 1,1% en 2026 y alcance una tasa cercana al 1% en 2027.
Estos avances, menores que los proyectados para el PIB, serían compatibles con un relativo dinamismo de la productividad en los próximos años, que permitiría reducir, en parte, la brecha que se ha abierto desde el estallido de la pandemia de COVID-19.
La tasa de paro, por su parte, continuará reduciéndose gradualmente durante los próximos años. Tras bajar del 11,5% en 2024, al 10,8% en 2025 y al 10,4% en 2026, la tasa conseguirá situarse por debajo del 10% en 2027 (9,9%).