5 ideas para manejar la contabilidad doméstica con eficacia

Contabilidad domestica
(Foto: iStock)

Llega el fin de mes y descubres que en la cuenta corriente queda menos dinero del esperado pero no sabes cuál ha sido la razón de este descuadre. ¿Te suena, verdad? Vivimos a toda velocidad atendiendo compromisos sin detenernos a analizar el estado de nuestras finanzas, pero la solución está al alcance de tu mano: diseñar y mantener una contabilidad doméstica.

Para examinar el estado de salud de tu economía familiar debes contestar a tres preguntas ¿Puedo llegar sin problemas a fin de mes? ¿Podría salir adelante si me quedo mañana sin trabajo? ¿Tengo recursos económicos para afrontar un gasto extraordinario por una emergencia?

Tal como señala el Banco de España en su programa Finanzas para todos, si hay algún “no” en alguna de tus respuestas es que tu economía doméstica necesita un tratamiento preventivo. Vivir sin angustias y con una permanente seguridad financiera es posible si se aplica una adecuada estrategia de planificación y ahorro. Te ayudamos a conseguirlo con estas cinco claves:

1. Haz un presupuesto

Para hacer un presupuesto no hace falta ser ministro de Hacienda. Basta con destinar un poco de tiempo en el diseño de una estructura de ingresos y gastos e irla adaptando a las necesidades de cada momento. Ahora que termina el verano es el momento ideal para hacerlo. Si eres previsor no sufrirás la temida cuesta de enero y podrás, incluso, preparar tus finanzas para otras vacaciones.

Como en el caso de una empresa o de un Gobierno, todo comienza por conocer cuales son los desembolsos que tienes que realizar cada mes y de cuanto dinero dispones para hacerles frente.  Si estás familiarizado con las nuevas tecnologías puedes utilizar un ordenador o un dispositivo móvil para tu borrador de tu presupuesto, descargar alguna aplicación gratuita de tu entidad financiera o, si lo prefieres, emplear lápiz, papel y calculadora para crear una plantilla similar a esta:

En la columna de la izquierda anotarás los ingresos mensuales de tu familia incluyendo solamente aquellos que sean fijos. En la segunda columna pondrás los gastos, diferenciando los obligatorios de los necesarios y los ocasionales.

«La clave para manejar la contabilidad domestica está en gastar menos de lo que se ingresa»

Los obligatorios son los que no puedes dejar de pagar ni variar su importe, es decir, aquellos que si no abonas a tiempo pones en riesgo tu estabilidad financiera: se trata de la hipoteca o alquiler, los recibos de comunidad o la devolución de los préstamos bancarios. En cuanto a los necesarios, son los que puedes reducir en caso de necesidad pero no eliminar, es decir, las facturas de gas y electricidad, la comida, el transporte, los seguros de los vehículos, los servicios médicos o los gastos escolares.

Debes ser lo más sincero posible contigo mismo. Si te gusta salir con frecuencia o si eres una víctima fácil de los niños cuando acudes con ellos al supermercado hay que tenerlo en cuenta cuando hagas tu estimación de gastos.

No olvides llevar un orden de sus facturas y anotar en un calendario las fechas de vencimiento de los pagos, revisando con periodicidad tus cuentas bancarias para actualizar la plantilla de ingresos y gastos si es necesario.

2. Regla de oro: que los ingresos cubran los gastos… y sobre algo

La regla de oro para tener una buena salud financiera es que los ingresos cubran los gastos obligatorios y necesarios, sobrando además algo de dinero para afrontar desembolsos ocasionales y, además, ahorrar. ¿Parece difícil? No lo es tanto… y además tiene recompensa: verás crecer tu colchón financiero en muy poco tiempo para afrontar el futuro con tranquilidad.

3. Cómo crear un fondo de emergencia

Para poder adquirir un coche, una vivienda, realizar un viaje, sufragar los estudios de los hijos o afrontar un coste inesperado tienes que disponer de un fondo de emergencia. Para calcular la cantidad de dinero que puedes destinar a esta red de seguridad debes determinar cuánto efectivo puedes necesitar de forma urgente para guardarlo en una cuenta bancaria con disponibilidad inmediata, manteniéndolo separado de la cuenta donde domicilies los recibos o los pagos de las tarjetas.

No lo inviertas en depósitos a plazo fijo o fondos garantizados que cobren una penalización por sacar el dinero antes del vencimiento. Puedes elegir un producto bancario sin riesgo, comisiones y que tenga la máxima liquidez. Acude a tu banco e infórmate de los productos que proporcionan liquidez sin renunciar a la rentabilidad, por pequeña que sea, y reserva una pequeña cantidad en efectivo que no suponga un excesivo riesgo en caso de robo.

4. Fija objetivos concretos y realizables

Toda economía doméstica saludable tiene objetivos concretos y realistas. El principal debe ser generar ahorro de forma recurrente, aunque no sea en grandes cantidades si los ingresos no son muy boyantes. Otro de los elementos clave es controlar los gastos evitando los despilfarros aunque se pueda dar algún capricho de vez en cuando. ¡Tampoco se trata de convertirse en un monje franciscano!

El tercer objetivo al que debes aspirar es eliminar todo endeudamiento, ya que una subida de los tipos de interés aumentará el coste de refinanciar cualquier pasivo. Todos los meses debes destinar una parte de tus ingresos a este fin, así como a preparar la jubilación y a contratar productos de protección para tu familia, especialmente si tienes personas a cargo.

5. Toda la familia debe remar junta

uando te plantees los retos de una vida en familia siempre se suele sacar a colación la cuestión de las tareas domésticas, pero casi nunca se habla del reparto de la gestión del dinero. Todos los miembros no tienen por qué pensar igual pero debe existir una base de compatibilidad que marque la dirección de las finanzas domésticas. Ahora que termina el verano es un momento ideal para aprovechar el inicio de la campaña escolar e involucrar a tus hijos en el proceso, ayudándoles a construir hábitos financieros saludables que les serán muy útiles en el futuro.

Si sigues todas estas recomendaciones verá como crece tu seguridad financiera familiar, invirtiendo en tranquilidad. Al final todo se resume en una cuestión que todas las madres del mundo conocen y que muchos Gobiernos olvidan: la clave de todo está en gastar menos de lo que se ingresa.

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