GP de Austria de Fórmula 1

Verstappen es el rey de esta Fórmula 1

VERSTAPPEN
Verstappen es el rey de la F1. (AFP)
Ignacio Sánchez

Max Verstappen es insaciable. El piloto holandés es el dueño y señor de este campeonato de Fórmula 1 y nada ni nadie puede hacerle daño. Ni la lluvia amenazó su legado en esta carrera al sprint a 24 vueltas. Checo Pérez intentó adelantarle en la primera vuelta, pero el bicampeón del mundo no iba a permitirlo en la casa de su escudería. Respecto a los españoles, Carlos Sainz confirmó las mejoras de Ferrari con un magnífico tercer puesto, mientras que Alonso acabó quinto, detrás de Stroll.

La salida fue muy limpia en el que Checo Pérez agitó el rimo cardíaco de los dueños de Red Bull. El mexicano estuvo rueda a rueda con Verstappen amenazando el liderato en las primeras curvas, pero el holandés demostró el porqué es el mejor piloto del mundo. Por si no fuera poco, Hulkenberg que salía cuarto con su Haas (y no por sorpresa sino por méritos) se colocaba en segunda posición aprovechando la batalla entre ambos.

Por detrás, Carlos Sainz, que salía tercero perdía la posición y se colocaba cuarto por delante de Stroll y Alonso. El piloto asturiano realizó una gran salida, pero en la primera curva se pasó de frenada y tuvo que salirse de los límites de la posta. Mientras tanto, Verstappen ya abría hueco con el resto de pilotos y se encaminaba a una nueva victoria en la Fórmula 1. 

Fue desde las primeras vueltas cuando los puestos de cabeza se organizaron y no cambiaron casi en toda esta carrera al sprint. Verstappen se escapaba con un imperial Hulkernberg en segunda posición, pero justo en el ecuador de la carrera Checo Pérez le pasaba para volver a su posición de inicio. Una vuelta más tarde, Sainz pasaba al piloto de Haas para entrar en el podio. Más atrás aparecían los Aston Martin. Stroll quinto y un Alonso, sexto, que no lograba el ‘sorpasso’ a su compañero.

Poco a poco fueron pasando las vueltas y Hulkenberg iba perdiendo el fuelle. El piloto alemán perdía la posición con los Aston Martin y fue entonces cuando se produjo la locura. La pista había mejorado considerablemente y los pilotos que estaban fuera de los puntos entraban a boxes para cambiar los neumáticos. Pasaban de los intermedios iniciales a los blandos. Russell comenzaba a recortar hasta cuatro segundos por vuelta a los de arriba, pero ya era tarde. La diferencia era sideral, pero puso en un serio aprieto a los favoritos. Pese a los innumerables cambios en la parte de atrás de la carrera, los pilotos de arriba no vieron peligrar sus posiciones.

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