FÓRMULA 1

El Toro Rosso de Sainz no pasa las verificaciones de la FIA en Silverstone por una chapuza de campeonato

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El Toro Rosso de Sainz no pasó las verificaciones técnicas del GP de Gran Bretaña en un principio por una de los arreglos más chapuceros que se recuerdan en la historia de la Fórmula 1. (Getty)

Un mundo tan sofisticado y perfeccionista como el de la Fórmula 1 también tiene goteras. Y algunas, de campeonato. Si no, solamente hay que repasar lo sucedido con el Toro Rosso de Carlos Sainz en la jornada del jueves del Gran Premio de Gran Bretaña con las verificaciones técnicas previas obligatorias. El monoplaza italiano fue declarado en un principio como ‘inseguro’ y, por tanto, no apto para competir por una de las soluciones más chapuceras que se recuerdan.

Desde hace unos años, las ruedas tienen que estar obligatoriamente atadas al chasis a través de una cuerda para evitar que salgan despedidas en caso de accidente. Pues bien, una de estas cuerdas estaba dañada en el monoplaza de Sainz. ¿Cómo decidieron arreglarlo en Toro Rosso? Ni cortos ni perezosos, los mecánicos decidieron, en lugar de sustituir el sistema dañado, atar la parte dañada de la cuerda de kevlar con otra convencional haciendo un par de nudos. Ni cortos ni perezosos.

En una segunda inspección -en la primera ya se les avisó a los componentes de Toro Rosso que la sujeción no estaba en buen estado- los comisarios de la FIA detectaron la chapuza, emitiendo el siguiente comunicado. “Durante el primer control técnico del coche número 55 se encontró una cuerda de una rueda dañada. Los comisarios hicieron que el equipo Scuderia Toro Rosso se diera cuenta de ello y se les pidió que lo cambiaran. El equipo se negó a seguir las instrucciones de los comisarios y, por lo tanto, el delegado técnico comprobó la cuerda dañada él mismo y vio que la cuerda no solo estaba dañada, sino que también varias fibras cortadas se anudaron. El equipo era consciente de los daños y presentó el coche en una condición insegura para la verificación”.

Tras esto, el equipo fue llamado a declarar por “una presunta infracción del artículo 3.3 del Reglamento deportivo de la Fórmula 1 de la FIA y del artículo 12.1.1.b del Código deportivo internacional de la FIA”. Traducido al castellano, se les pidió explicaciones de por qué trataron de participar en una carrera de Fórmula 1 sabiendo que su coche no era seguro.

Después de formar un lío perfectamente evitable, los mecánicos de Toro Rosso procedieron a arreglar el sistema, con lo que Carlos Sainz podrá tomar parte en el Gran Premio de Gran Bretaña sin mayores problemas. ¿Era necesario todo este lío? Obviamente, no. Y solamente deja a las claras que la opinión de Sainz es la correcta. Toro Rosso es un equipo pequeño en el que no se aspira más que a puntuar de vez en cuando. El madrileño merece más.

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