Todas las miradas señalan a Simeone
Los errores del Cholo fueron decisivos en el resultado de ayer en Cornellà
Los cambios de medio centros en el descanso fueron clave en la remontada del Espanyol
Simeone nunca había perdido con el Atlético en la primera jornada de Liga


En el día después del bochornoso espectáculo dado ayer por el Atlético en el RCDE Stadium, todas las miradas señalan a Simeone. El Cholo, leyenda viva del club rojiblanco, no tuvo precisamente su noche. Se equivocó en los cambios de manera flagrante y propició que el equipo, que había jugado una primera parte notable, diera un paso atrás que resultó decisivo para la remontada del Espanyol. Nunca había perdido el entrenador argentino en la primera jornada, pero por supuesto siempre hay una primera vez para todo.
Aunque evidenciando una preocupante falta de remate -sólo hay un 9 en la plantilla y Simeone no confía en él-, el Atlético se marchó al descanso con un 0-1 ilusionante y con un tridente formado por Almada, Álex Baena y Julián Álvarez que había mostrado su enorme talento. El Espanyol, más allá de su arreón inicial, apenas disponía de argumentos para acercarse ante Oblak, entre otras cosas porque la pareja de medio centros formada por Cardoso y Gallagher mantenía al equipo muy arriba en la presión.
Sin embargo, de manera sorprendente, ni el inglés ni el estadounidense regresaron del vestuario tras el descanso. Simeone dio entrada a Barrios y a Koke y la consecuencia inmediata es que la presión cayó en picado. Entender la decisión del Cholo es un verdadero desafío, pero lo cierto es que no pudo ser más errónea. Con la única anomalía de la jugada que acabó con un disparo al palo de Julián, la sensación fue la tantas veces vista fuera de casa en los últimos años: un Atlético simple y ramplón que juega a que no pase nada, pero que acaba cometiendo errores que le cuestan puntos. Ayer tres, sin ir más lejos.
No acabó ahí el catálogo de errores de Simeone: contra toda lógica retiró del campo a Álex Baena y a Almada, pero mantuvo a Llorente, que tuvo un día muy malo, y a su hijo Giuliano, que tampoco estaba acertada. Y para colmo, su último cambio fue mandar al banquillo a Julián, con el equipo perdiendo, para dar entrada a Sorloth, al que había humillado poco antes al situar por delante de él en la jerarquía de sustituciones al recién llegado Raspadori, que por cierto fue clave en el gol del empate porque se inhibió de la marca del central Miguel Rubio.
Simeone ya acabó muy discutido la pasada temporada y no ha comenzado precisamente con buen pie ésta. Con contrato hasta 2027 es intocable salvo que él dé un paso hacia adelante. En el club confían en su juicio, pero está claro que situaciones como la de ayer no se pueden repetir. Su intervencionismo fue nefasto para el Atlético y le costó una derrota muy dolorosa de la que hay que levantarse de inmediato, comenzando por el partido ante el Elche de este próximo fin de semana.