Thiem arrodilla a Federer en una batalla de gigantes
El Mutua Madrid Open contaba con un cartel de lujo para los cuartos de final en su cuadro masculino y su encuentro estrella no defraudó. Dominic Thiem firmó su pase a las semifinales del cuarto Masters 1000 del año después de imponerse en una batalla de gigantes a Roger Federer (3-6, 7-6 (11), 6-4) donde el austriaco estuvo más certero, y sobre todo más entero en un último set para el recuerdo. Roger lo tuvo en sus manos tras adelantarse en el primer set, pero el desgaste y el poderío autoritario de Thiem acabaron arrodillándole por mero cansancio después de dos horas y diez minutos de encuentro frenético, sobresaliente en cuanto a calidad y prácticamente inigualable si nos referimos a emoción.
Las dudas concedidas por Roger Federer en su encuentro de octavos de final frente a Monfils obligaban a ser escépticos con las posibilidades del helvético en un encuentro en el que debía medirse a un jugador más en forma del circuito con permiso de Tsitsipas, un Thiem que está haciendo dudar del dominio de todo un Rafael Nadal en tierra batida. Palabras mayores.
Después de confirmar en rueda de prensa que pensaba continuar con el juego de saque-volea sobre tierra batida, Federer se puso en liza con una inspiración similar a la que comenzó con Monfils y aunque el rosco logrado el jueves era un premio demasiado osado, Roger sí logró un break con el que navegar con viento a favor el resto de la manga. Con una seguridad aplastante y aprovechando la frustración de un Thiem que no está entrando bien a los partidos en Madrid, el genio de Basilea fue sumando poco a poco hasta convertir en irremediable su conquista del set en apenas media hora.
Dominic no había competido de la forma deseada y su plan debía cambiar para tomar la iniciativa al servicio y tratar de aprovechar al resto alguna duda que asomase en el repertorio de Federer. El tie-break era una opción a evitar teniendo en cuenta el rival que el austriaco tenía enfrente, pero no cometer errores al saque se había convertido en prioridad absoluta, buscando también un mayor intercambio para cansar al helvético, fuera de su hábitat natural en arcilla.
Los efectos endiablados de Thiem ejercieron de escudo en el que rebotaba cada intentona de Federer de romper la paridad en el marcador pero al resto, aun quedándose muy cerca en hasta dos ocasiones, Domi no pudo lograr quebrar la mágica solidez de Roger. La muerte súbita era la única salida y la tensión y las alternativas se apoderaron de ambos tenistas en un intercambio que duró más de 13 minutos y del que se podía hacer un artículo aparte.
Hasta dos pelotas de partido levantó Thiem, animado por un público que definitivamente no le ha concedido la inmunidad a Federer a pesar de su esperado regreso, y en la sexta oportunidad de la que gozó, en el vigésimo cuarto punto del tie-break, Dominic pudo respirar de la mano del respetable presente en el Estadio Manolo Santana. La fiesta del tenis contaría con un set más.
Thiem levanta los brazos
El favoritismo, durante muchos minutos a los hombros de Federer, pasó instantáneamente al otro lado de la red por la confianza recuperada de Thiem y el fondo físico superior del cabeza de serie número cinco del cuadro. Dominic había resucitado e iba a tratar de completar su estrategia de desgaste con un primer break que amagó con enterrar a Roger.
Las dos horas de encuentro habían pasado y Roger parecía ya fuera de sitio, pero ni los 38 años ni la inactividad en tierra impidieron al suizo desenterrar su instinto de supervivencia para conseguir el ansiado break y volver a levantar al público de sus asientos. La posibilidad de un tie break definitorio asomaba pero Thiem, en el que posiblemente fue su mejor juego del partido, devolvió la rotura acabando con un resto a la línea que acabó confirmándose como la estocada definitiva de una batalla de gigantes que iba a acabar con Thiem como vencedor y los presentes en la central de la Caja Mágica ovacionando una obra que será recordada en próximas ediciones.