La suspensión de la Euroliga hace peligrar la Champions
La Champions League se encuentra ante una encrucijada después de la cancelación de la Euroliga de baloncesto en 2020. La máxima competición europea de fútbol comparte muchos problemas con su homólogo baloncestístico, pero también mueve muchos más millones
La emergencia del coronavirus se ha cobrado una víctima de peso en términos deportivos con la cancelación de la Euroliga. La máxima competición del baloncesto europeo a nivel de clubes anunció su suspensión en acuerdo con los clubes, en un precedente negativo de cara a lo que pueda suceder con la Champions League, que si bien cuenta con mayores intereses para su celebración, sobre todo en términos económicos, se encuentra ante muchos de los problemas que han acabado con la Euroliga.
La UEFA tomará una decisión definitiva para conocer la resolución sobre la Champions y la Europa League a mediados de junio, una fecha que puede ser clave para conocer si el gran evento futbolístico a nivel de clubes es o no viable en 2020. Las consideraciones realizadas por la Euroliga pueden extrapolarse en la mayoría de los casos a la Champions, multiplicando las dudas sobre la celebración de la competición futbolística.
En primer lugar, hay que destacar lo global de la competición, nada parecido a ligas como la Bundesliga o la Liga Santander, que ya regresaron o tienen fecha para ello, siempre, lógicamente, dentro de unas fronteras nacionales y controladas en el mismo grado durante la pandemia. La participación de equipos de distintos países no favorece para el retorno de la Champions y la Europa League, que además, obligarían a viajes entre países para las expediciones de los clubes participantes, países que cuentan con diferentes restricciones de movilidad o incluso acceso, en estos momentos.
Además, el torneo no retornaría en igualdad de condiciones. Los participantes en la Champions aún vivos en la competición van desde el PSG o el Olympique de Lyon, cuya liga se ha cancelado y no sólo no pudieron retomar la competición, sino tampoco entrenarse en grupo, al Bayern de Munich o el RB Leipzig, que ya han jugado dos jornadas de Bundesliga posteriores al parón. La forma física de sus futbolistas, por tanto, pone en clara ventaja a los segundos, ejerciendo de contrapeso en una competición que lógicamente aboga por la competitividad igualitaria.
Motivos económicos para salvar la Champions
La suspensión de la Euroliga –y la Eurocup– supone un duro golpe para el baloncesto europeo de máxima competición, pero no sería comparable a una hipotética decisión de cancelar la Champions League, al menos en términos económicos. El torneo UEFA es referencia en el deporte y atrae unas cantidades estimadas de 3.000 millones de euros, muy superiores a las de cualquier otro torneo deportivo por equipos, y que invitan a posponer la decisión sobre su disputa al máximo, en busca de una solución positiva.
Los contratos televisivos, millonarios a nivel mundial, podrían minimizar las pérdidas de los clubes participantes, toda vez que las taquillas se dan por perdidas por la obligación de celebrar los eventos a puerta cerrada, siguiendo la reglamentación sanitaria, pero la supervivencia del torneo es a lo que se agarra la UEFA en pos de cumplir con unos mínimos ingresos claves para las competiciones continentales.
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