Surrealista: Un árbitro es suspendido en Egipto por utilizar el móvil de un aficionado como VAR
El árbitro egipcio Mohamed Farouk fue suspendido indefinidamente por recurrir al teléfono móvil de un aficionado para revisar una jugada durante un partido. La Federación egipcia consideró esta decisión como un «evento inaceptable» que, evidentemente, está fuera de toda norma. La acción que desató la polémica se produjo en los minutos finales de un encuentro de la Segunda División egipcia entre el Suez y el Al-Nasr.
El cuadro visitante anotó el tanto que empataba la contienda en su recta final, algo que generó las protestas de los futbolistas del equipo local, que pedían una mano a Farouk. El colegiado tomó la decisión de visualizar las imágenes desde el móvil de un espectador que se encontraba en la grada y que habría grabado lo ocurrido.
En la segunda categoría del país egipcio no hay VAR, y esto hizo que el trencilla tomara esa disparatada decisión. Tras revisar la acción, Farouk anuló el gol del Al-Nasr tras una situación jamás vivida en el fútbol, la utilización de un teléfono como método de videoarbitraje. Minutos después, el Suez firmó el 3-1 que sentenciaba el partido, lo que dinamitó la polémica entre los aficionados en las redes sociales.
A falta del VAR… un celular! Sí, lo que están por ver no es ficción. El árbitro Mohamed Farouk usó un teléfono para anular un gol en el duelo entre Suez y Al-Nasr en la 2ª División de Egipto. La Federación de ese país los suspendió indefinidamente.pic.twitter.com/9rcREmlIh4
— VarskySports (@VarskySports) March 22, 2023
Finalmente, el árbitro se vio obligado a salir escoltado del estadio por la policía, mientras que los futbolistas del Al-Nasr amenazaban con presentar denuncias al mismo. No obstante, esta no es la primera situación escandalosa que presencia el fútbol egipcio en torno al arbitraje.
En 2022, Mark Clattenburg, recordado por la final de la Champions en 2016 entre Real Madrid y Atlético de Madrid, asumió el cargo de Presidente del Comité de Árbitros de Egipto. Tras cinco meses desempeñando dicha labor, tuvo que huir del país africano puesto que un presidente de un club de la Primera División egipcia le acusó de ser homosexual. El trencilla fue tachado de ser un «hombre sobornado» y se deslizó que elegía a ciertos árbitros para lograr un resultado determinado.
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