Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea

La Superliga celebra la sentencia: «El monopolio de UEFA ha terminado, el fútbol es libre»

Bernd Reichart subraya que los clubes ya son "libres de decidir su propio futuro"

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Guillermo Sáez

La Superliga ha acogido con enorme satisfacción la sentencia favorable emitida este jueves por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que le da luz verde para seguir adelante con su proyecto. En un día histórico para el fútbol europeo y mundial, el CEO de A22 Sports Management, la empresa matriz de la Superliga, Bernd Reichart, ha destacado que el monopolio de la UEFA ha tocado a su fin.

«Hemos ganado el derecho a competir. El monopolio de la UEFA ha terminado. El fútbol es LIBRE. Ahora los clubes ya no sufrirán amenazas y sanciones. Son libres de decidir su propio futuro. Para los aficionados: vamos a emitir gratis todos los partidos de la Superliga. Para los clubes: los ingresos de los clubes y los pagos en solidaridad con el fútbol están garantizados», ha manifestado Reichart.

La sentencia emitida por la máxima instancia judicial europea no admite recurso y es de obligatorio cumplimiento por parte de la justicia española, a la hora que vuelve este caso que se inició hace casi tres años. De esta forma, la Superliga ya tiene permiso de las autoridades continentales para poner en marcha su nuevo proyecto, que está basado en el siguiente decálogo:

Decálogo de la Superliga

1. Competiciones abiertas y basadas en el mérito deportivo. La liga europea de fútbol debería ser una competición abierta, con varias divisiones, compuesta por entre 60 y 80 equipos, y que permita una distribución sostenible de ingresos a lo largo de la pirámide del fútbol. La participación cada temporada debería basarse en el mérito deportivo, sin que existan miembros permanentes.

2. Competiciones nacionales. Los clubes participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad. Al mismo tiempo, debe abordarse la necesidad crítica de reforzar y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente.

3. Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles. Mejorar la competitividad de los clubes europeos requiere un mayor reparto de recursos financieros para toda la pirámide y normas de sostenibilidad financiera que se apliquen de forma rigurosa (…) Un mejor y más atractivo formato de competición europea generaría recursos adicionales, y no cabe duda de que la estabilidad financiera de los clubes se incrementaría notablemente si se les garantiza un mínimo de 14 partidos europeos por temporada.

4. La salud de los jugadores. La salud de los jugadores debería ser un factor esencial para determinar el número de partidos que deben jugarse cada año. El número de jornadas de competición europea no debería aumentar con respecto al planificado en los calendarios actuales.

5. Competiciones gobernadas por los clubes con normas de sostenibilidad financiera transparente y aplicadas de forma rigurosa. Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo. Su estructura de gobernanza debe cumplir plenamente con la normativa de la UE.

6. La mejor competición de fútbol del mundo. El objetivo debe ser desarrollar una competición europea de fútbol que se convierta en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo.

7. Mejorar la experiencia de los aficionados. Deberían tomarse medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a partidos fuera de casa. También deberían establecerse normas con el objetivo de regular la calidad de los estadios y demás infraestructuras del fútbol, mejorando así la experiencia del fútbol en directo.

8. Desarrollar y financiar el fútbol femenino. Las inversiones en el fútbol femenino deberían destinarse tanto al nivel profesional como al desarrollo del fútbol base.

9. Aumentar significativamente la solidaridad. Contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a solidaridad, clubes que no participen en la competición y causas sociales. Esa cantidad es más del doble de la contribución de las actuales competiciones europeas.

10. Respeto de los valores y normativa de la Unión Europea. Ningún club europeo debería verse obligado a someterse a sistemas de resolución de conflictos ajenos a la Unión Europea y su Estado de Derecho.

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