Liga Santander: Real Madrid – Villarreal

Huracán Mariano

Real Madrid Mariano
El Real Madrid ganó 3-1 al Villarreal con doblete de Mariano.

Mariano fue un huracán. Corrió, peleó, presionó y marcó un doblete. Firmó un partidazo y fue clave para dar al Real Madrid una victoria cómoda ante un Villarreal endeble. El delantero y Fede Valverde brillaron en un Madrid remozado y con una actitud desconocida desde el regreso de Zizou. El Bernabéu se divirtió en el penúltimo partido de los blancos en casa y para poner la guinda a la plácida tarde reapareció Vinicius.

Antepenúltimo casting de Zidane para la superproducción que estrenará el Real Madrid a la vuelta de un verano que –ya lo verán– va a ser agitado en las oficinas del Bernabéu. Antepenúltimo suplicio liguero para la afición madridista, impaciente ya por echar el cierre a una temporada inolvidable pero por lo dolorosa.

No divago más y consignaré aquí que Zidane apostaba por una alineación co muchos meritorios y sin Vinicius, ese brote verde del Real Madrid que se marchitó prematuramente la noche del Ajax de cuyo resultado no quiero acordarme. El brasileño, jugador ilusionante pero con taras importantes que corregir, debería esperar su turno en el banquillo. Sí que jugaban los siguientes once: Courtois; Carvajal, Varane, Vallejo, Marcelo; Casemiro, Kroos, Valverde; Lucas, Brahim y Mariano.

Y con esos elegidos, sin Courtois, ni Ramos, ni Modric, ni Asensio, ni Benzema, ni el golfista Bale, comenzaba el Real Madrid su duelo ante un exigido Villarreal en el Bernabéu. Y salió fuerte y enchufado el equipo de Zizou. Menos de dos minutos tardó Mariano en abrir el marcador para los blancos después de una buena presión de Brahim sobre Cazorla, convertida en robo y asistencia de gol por el joven mediapunta, la gran sensación de este final de temporada en el Madrid.

El gol fue una declaración de intenciones del Real Madrid. No habían salido a pasear como otras veces sino a tomárselo en serio. Presionaban arriba. Pero el Villarreal no se arrugó y dio al Madrid de su propia medicina. Una presión estupenda de Fornals sobre un dormido Casemiro provocó la pérdida de balón del brasileño. Fue un gol simétrico al del equipo de Zidane. La pelota le cayó a Gerard Moreno, que definió con un disparo ajustadísimo imposible para Courtois.

Intercambio de golpes

El partido tenía intensidad y vértigo. El Madrid no se encogió con el empate y siguió atacando. La siguiente ocasión, al filo del cuarto de hora, fue para Carvajal, cuya espectacular volea es estrelló contra el palo izquierdo de Andrés. Vinieron luego un par de incursiones de Marcelo, redivivo como la Pantoja en Supervivientes, abortadas por sendas intervenciones notables del meta del Villarreal.

Los minutos volaban en un partido la mar de entretenido pero al Real Madrid le estaba costando la vida meter gol. Vamos, la historia que se ha repetido tantas veces esta temporada. Los de Zidane acumulaban córners, uno detrás de otro, hasta que de uno de ellos nació el 2-1. Lo marcó Vallejo después de un disparo de Marcelo que no supo despejar Quintillá.

El vertiginoso primer tiempo se acabó casi sin darnos cuenta y comenzó el segundo acto. Siguió mandando el Real Madrid, con un Mariano desatado que se pegaba contra toda la zaga en pleno del Villarreal. Su insistencia se tradujo en gol después de un buen pase filtrado por Valverde, asistido por Carvajal y rematado por el propio Mariano en boca de gol.

Mariano vale por dos

Un jugadón colectivo de un Real Madrid más suelto que nunca pudo acabar en el cuarto si el milagroso pie de Andrés no lo hubiera evitado. Brahim culminó la jugada con un gran quiebro, pero el meta del Villarreal evitó el tanto. Intentó asomar el periscopio el Submarino Amarillo, pero estaba demasiado hundido. Zidane metió de golpe a los dos amigos, Isco y Asensio, por Valverde, el mejor del equipo, y Lucas Vázquez.

El Bernabéu recibió a sus ex ídolos Isco y Asensio con un punto de indiferencia, pero sin pitar tampoco. Mientras, Vinicius se preparaba en la banda para reaparecer. El brasileño salió en el minuto 73 por Brahim y se llevó la ovación de un Bernabéu huérfano de ídolos.

Vinicius agitó al Real Madrid en los últimos minutos con el partido resuelto ya. Sus acciones, siempre a cámara rápida, no encontraron final feliz, que es lo que aún debe mejorar el brasileño. Pero el duelo ya no tenía historia, más allá del gol postrero de Jaume Costa. Los blancos ganaban sin demasiados apuros y el Villarreal se marchaba del Bernabéu con la radio puesta para escuchar un Valladolid-Athletic que puede meter en un lío a todos los equipos de abajo.

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