El Barça aprende a vivir sin Messi

El Barcelona sabe vivir sin Messi… al menos de momento. El conjunto culé superó la primera prueba sin el argentino tras vencer al Inter de Milán en el Camp Nou (2-0) en un partido donde tanto Rafinha, que fue el sustituto del capitán, como Jordi Alba, fueron los goleadores. Con este resultado, el líder de la Liga Santander ya avista los octavos y llega con la moral por las nubes al Clásico del próximo domingo.

Y es que siempre que Messi no aparece por el césped entra la zozobra en el Camp Nou. Y no es para menos. Independientemente del resultado que se produzca después, la ausencia del líder del equipo siempre suele producir desconfianza tanto en el aficionado como en el jugador culé. Es lógico, en los últimos tiempos la dependencia del argentino se ha acrecentado y ante el irregular inicio de temporada del equipo catalán, el partido ante el Inter se presentaba como un piedra en el camino antes del partido más importante de la temporada. Una derrota podía conllevar un deterioro de autoestima.

Por ello Valverde apostó por Rafinha como sustituto de Messi. Y alrededor de él, el once de gala. A esas alturas pocos apostaban a que iba a ser decisivo. En frente, un Icardi con sangre en la boca después de haber despuntado en la Masía liderando a un Inter que volvía al Camp Nou ocho años después de haber encendido los aspersores en una noche aciaga para el barcelonismo. Con ese triunfo aún se fantasea en Italia y sobre todo, Mourinho.

Soñando con otro hito en Barcelona, el Inter tuvo la primera del partido. Ter Stegen erró en la salida de balón y Perisic no aprovechó el regalo desde la lejanía. La apuesta italiana era clara: presión en bloque alto arriba lo que conllevaba arriesgar atrás. Eso significaba entretenimiento. Y después Icardi también llevó el peligro a la portería enemiga. No habían pasado diez minutos y el Inter ya había aviso. El control era del Barcelona, el peligro italiano. Y esto volvió a quedar en evidencia al cuarto de hora cuando el capitán del Inter se anticipó a toda la defensa culé para picarla por encima de Ter Stegen. Pero se fue alta.

Y el Barcelona respondió en un cabezazo de Lenglet que sacó de forma poco ortodoxa Handanovic. Esta ocasión espoleó a un Barcelona que ganó en protagonismo y que se hizo dueño y señor del partido. Esto desembocó en la mejor jugada del partido en el que Alba y Coutinho bailaron con la bola dentro del área y Rafinha acabó mandándola a las manos del portero esloveno. Su gran momento llegaría minutos después cuando recibió un buen balón de Luis Suárez para definir a las mil maravillas dentro del área. 1-0 y nadie se acordaba de Messi. Tras el gol culé, Vecino metió miedo con un disparo lejano pero la mar estaba en calma en Barcelona. El resultado era más que merecido y además Coutinho pudo hacer el segundo antes de poner rumbo a los vestuarios.

Suárez perdona y Alba sentencia

En esta temporada, como en la anterior, Ter Stegen está siendo casi tan importante como Messi y en la primera parte del duelo ante el Inter no había aparecido. Así que tras el descanso intervino para salvar al Barcelona. A los cinco minutos de la reanudación, el meta alemán tuvo que sacar una mano prodigiosa después de un centro envenenado de Politano que estuvo a punto de ir para adentro. Acto seguido el jugador romano tuvo otro balón de gol pero mando la bola alta.

Tras este par de ocasiones del Inter, el Barcelona volvió a tener el control del partido y eso hizo que Luis Suárez y Lenglet tuvieran dos bolas de sentencia. A la contra, Coutinho estuvo a punto de finiquitar el partido pero su volea se estrelló en la madera. El partido era malo y estaba más cerca el segundo del conjunto culé que el empate del Inter. Y Jordi Alba confirmó esta sensación cerca del final, cuando hizo su clásico gol entrando desde la banda y definiendo a la perfección. 2-0 y ahora con la mente puesta en el Clásico.