¿Quién dijo que no había delantero centro?

¿Quién dijo que no había delantero centro? Ángel Correa acabó con el debate con un partido espectacular en el que resultó decisivo para levantar el sorprendente 0-2 con el que se había adelantado el Cádiz. El argentino marcó dos goles e intervino en otro y se convirtió en la pieza clave de una remontada que manda al Atlético directamente a posiciones Champions y que sirve para confirmar la decimosegunda victoria consecutiva en Liga en el Metropolitano.

La noche con duende del argentino contrasta con el drama que el destino le tenía reservado a Griezmann: un balón al poste, dos paradas milagrosas de Ledesma, un saque de falta a un palmo de la escuadra y un disparo desde fuera del área desviado por centímetros. El francés pudo haber salido como los grandes toreros del Metropolitano, pero se quedó a cero y, aunque su partido fue extraordinario, seguro que tarda en olvidar tanto infortunio concentrado en 90 minutos.

Y es que antes de llegar al minuto cuatro de partido Antoine ya pudo haber marcado por partida doble. Primero en un disparo a la cepa del poste tras una exquisita dejada de Correa con la espuela, y después en un mano a mano ante Ledesma que le sacó con la pierna el portero argentino. Completamente hundido en el área, el Cádiz resistía el asedio como podía mientras Simeone, en la banda, juraba en arameo por las oportunidades falladas, consciente de que llegar con tanta claridad ante la meta contraria y no aprovecharlo podía acabar pasando factura.

Como casi siempre el olfato del Cholo no le engañó. A los 12 minutos el árbitro se inhibió de una falta clarísima sobre Riquelme, dejó seguir el juego y el balón le llegó a Chris Ramos, cuyo pase al área remató a la red en el segundo palo el lateral Lucas Pires. Simeone y los jugadores rodearon a Iglesias Villanueva, pero de manera increíble el gol subió al marcador ante la indignación de todo el estadio porque el VAR, con el debutante García Verdura al mando, no se atrevió a corregir un error absolutamente manifiesto.

De repente, como consecuencia de una acción manifiestamente ilegal, el partido cambió por completo. Lo que pintaba a goleada rojiblanca se convirtió en un verdadero problema para un Atlético que no esperaba verse obligado a remar contra corriente, y que empezó a sufrir un ataque de ansiedad porque el Cádiz ajustó su defensa y ya no dio las facilidades del inicio. Griezmann estuvo cerca a los 26 minutos en un saque de falta, pero quien de verdad hizo barraca fue de nuevo el Cádiz, que en la jugada siguiente aprovechó un error de Azpilicueta en un despeje  para medirse en la carrera a Witsel y batir luego a Oblak con una vaselina impecable.

El 0-2 se convirtió en un drama de proporciones bíblicas para el Atlético, totalmente desconcertado ante el rumbo que estaba tomando el partido, pero por suerte Correa acudió al rescate casi de inmediato cabeceando cruzado un pase de Azpilicueta y superando la resistencia de un Ledesma que parecía imbatible. En la misma jugada el Cádiz encajó gol y perdió a Fali, que se rompió y obligó a Sergio a mover el banquillo.

Lejos de dejarse intimidar por el 1-2, el Cádiz se mantuvo de pie y llegó al descanso sin que el Atlético le alterara ni una sola vez más porque abusó de centros laterales que se convirtieron en una bicoca para la defensa andaluza, que no concedió ni una sola ocasión para encerrarse en los vestuarios con un botín que valía su peso en oro.

Simeone no tocó nada en el descanso pese a que había algunos jugadores que pedían el cambio a gritos y su paciencia tuvo una recompensa inesperada en la primera acción del segundo tiempo porque Nahuel, uno de los futbolistas que peor habían estado en el acto inicial, recogió un rechace de Ledesma en el área y soltó un derechazo que, tras golpear en Javi Hernández, acabó en el fondo de la red. Una vez más Correa fue decisivo en el origen de la jugada.

El Cádiz, ahora sí, entró en shock. Sergio había efectuado dos cambios y el plan que había diseñado se le vino abajo. En ese escenario Griezmann tuvo el 3-2 en un disparo desde fuera del área que obligó a Ledesma a mostrar la mejor de sus versiones. El portero argentino también estuvo rápido abajo para atrapar un pase raso de Riquelme, aunque Chris Ramos amortiguó el sufrimiento gaditano con un cabezazo que forzó a intervenir a Oblak. Correa volvió a aparecer poco después con dos regates en el área que acabaron con un punterazo alto.

Viendo como se consumían los minutos con un marcador insuficiente, Simeone movió por fin el banquillo. De Paul, Lino y Giménez ingresaron en el partido y le dieron oxígeno a un equipo que necesitaba piernas frescas, y que no tardó en agradecerlo con un gol de dibujos animados. Azpilicueta tocó para Griezmann, éste abrió a Nahuel, el argentino fue aún más profundo para la llegada de Lino, a quien dobló Saúl, cuyo pase final empujó a la red Correa. Un golazo coral para volver loco a todo el estadio.

El Atlético tuvo ocasiones para cerrar el partido, pero no lo consiguió porque Ledesma se lo negó una y otra vez, lo que dejó un final abierto y taquicárdico en el que no hubo más movimientos y que finalizó con la confirmación de una remontada que demuestra el buen momento rojiblanco a tres días de recibir al Feyenoord en un choque decisivo. Será la primera final de la temporada.