Champions League: PSG - Barcelona

Pena máxima para Messi

El Barcelona quedó eliminado de la Champions League al empatar 1-1 frente al PSG en el Parque de los Príncipes. Kylian Mbappé adelantó a los locales y Leo Messi igualó la contienda minutos después

El conjunto de Ronald Koeman fue mejor durante todo el encuentro pero un penalti fallado por Leo Messi influyó psicológicamente en el Barcelona, que bajó una marcha y perdieron claridad durante la segunda mitad

Messi
El Barcelona empató contra el PSG en el Parque de los Príncipes.

El Barcelona no pudo obrar el milagro pese al partidazo que jugaron en París. De hecho, controlaron el encuentro de principio a fin pero no pasaron del 1-1 ante el PSG. Ilusionaron al principio del partido, pero un penalti fallado por Messi hizo que los ánimos se vinieran abajo. Pese a la eliminación, el equipo de Ronald Koeman que invitará al optimismo a la hinchada de cara a la lucha por la Liga, mientras que otro sector se preguntará por qué no jugaron así en la ida en el Camp Nou. Otra eliminación, un nuevo batacazo en la Champions League… con Laporta en la grada.

París, ciudad del amor, de donde vienen los niños y durante dos horas la capital del fútbol donde el Barcelona quería buscar el milagro de los milagros. El 1-4 encajado en el Camp Nou invitaba más a pensar que los de Ronald Koeman iban a jugarse el honor en el Parque de los Príncipes, aunque en el fútbol todo puede pasar y los azulgranas querían apuntar ese 10 de marzo en los libros de historia.

Para tratar de llevar a cabo la épica gesta Ronald Koeman sólo hacía un cambio al ya once tipo que ha encontrado. Frenkie de Jong jugaba de central junto a Lenglet y Mingueza. Jordi Alba y Dest aparecían como carrileros y en la medular Sergio Busquets y Pedri en el pivote y Griezmann como enganche en la mediapunta. Messi y Dembélé aparecían como hombres más adelantados, mientras que el más atrasado no era otro que el muro Ter Stegen.

Para lograr el milagro sólo valía una cosa: asediar el área del PSG. Y eso fue lo que hizo el Barcelona. Además, jugando bien y dominando el partido. El conjunto azulgrana rondó durante el primer acto el 70% de posesión y gracias a ello fueron capaces de plantarse una y otra vez en el rectángulo de Keylor Navas. Los culés, liderados por un Messi inconmensurable jugaban todo el rato en el campo rival y de ahí comenzaron a llegar las ocasiones.

Poco premio para el Barcelona

El que sí va a tener que practicar es Ousmane Dembélé, que tuvo tres ocasiones idénticas llegando desde la banda izquierda. El francés tuvo tres disparos sin oposición que no colocó lo suficiente al palo largo y todos se toparon con un Keylor Navas que comenzaba a erigirse como el gran salvador del PSG ante las continuas llegadas del Barcelona. Messi también lo intentaba, pero siempre el cuero se marchaba fuera, se estrellaba en la defensa parisina o el ex guardameta del Real Madrid la paraba.

El PSG contó con pocas ocasiones. Todas a la contra. La explosividad de Mbappé podía ser fundamental y fue el francés el que realizó los primeros disparos del combinado de Mauricio Pochettino. Todos sin problemas para Ter Stegen. Mientras, prácticamente todo sucedía en el otro área, como un disparo potente de Dest que Keylor desvía los suficiente para mandar el cuero al larguero o una chilena muy flojita de Messi que atrapó el tico sin problemas.

Pasada la media hora Mingueza fue sustituido. El motivo, que en 30 segundos pudo ser expulsado. Primero vio la amarilla por un agarrón a Mbappé y en la jugada siguiente le dejó un buen recado por detrás al galo. Entró Junior Firpo para entrar en su lugar. Ni en esas cuenta Umtiti para Koeman. Y hablando de centrales, otro que no atraviesa su mejor momento y que está lejos de su nivel es Lenglet. Sin querer el ex del Sevilla pisó a Icardi y el colegiado, tras revisarlo en el VAR, no dudó en marcar pena máxima. Allá fue Mbappé, que engañó a Ter Stegen y quitó las telarañas de la portería.

1-0 y el Barcelona que no se rendía. Sacó de centro y siguió yendo a por el primer gol. Y minutos después llegó, vaya si llegó. Un disparo más lejano que el viejo Oeste de Leo Messi entró por la escuadra de la portería de Keylor Navas. Se desató la locura en el Barcelona y se comenzó a creer. Tanto, que en el 45′ Kurzawa, que ya tenía una amarilla, cometió un penalti sobre Griezmann. El lateral zurdo no fue expulsado. Leo asumió la responsabilidad y rompió el balón en el golpeo, Keylor pudo desviar con el pie y el balón salió repelido por el larguero después. Verratti, que estaba dentro de la media luna a la hora del disparo, llegó para mandar el cuero a córner. El penalti no se repitió, pero por la norma sí tenía que haberse hecho.

Bajón anímico

Con el 1-1 se fueron a vestuarios los futbolistas. Había que ver cómo había sentado psicológica y anímicamente ese penalti fallado a los de Ronald Koeman. Y a la vuelta algo cambió. El Barça tuvo que bajar una marcha y los de Pochettino, a los que le habrá caído alguna bronca, cambiaron también el chip. Ahora el balón les duraba más, pero sólo un poquito más, y gracias al bajón de intensidad de los culés se fueron sintiendo más cómodos, aunque los azulgranas seguían rondando el área rival con centros laterales o alguna internada de Messi que desbarataba la defensa adversaria.

Keylor seguía metiendo manos salvadoras, como una buena parada a Busquets a la salida de un córner. El costarricense parecía el Mbappé o el Haaland de las porterías. Trincao entraba por Dest y el portugués otra vez obligaba a esforzarse al guardameta del PSG. El Barcelona insistía, pero los minutos pasaban y en el 75′ todavía iban 1-1. Si ya era difícil el milagro de la remontada con 90 minutos por delante, imagínense con 15 por jugar. Ahí Koeman echó el resto y metió a Braithwaite, Pjanic y Moriba por Dembélé, Pedri y Busquets. 

Los últimos 10 minutos siguieron la tónica de todo el partido. Control absoluto del Barcelona pero poca opción de hacer gol. Griezmann mandó al segundo anfiteatro del Parque de los Príncipes un disparo desde la frontal mientras que Pjanic sigue en su línea de aportar poco, o nada. Hasta Mbappé en el descuento pudo hacer el segundo del PSG, pero su disparo se marchó rozando el travesaño. Cada segundo que transcurría el optimismo decaía y comenzaban a asimilar una realidad dura, que persigue al equipo en los últimos años: quedarse fuera de la Champions League.

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