Pedro Acosta, de pedir dinero para un mono a campeón del mundo

Pedro Acosta se inició en el mundo del motociclismo a los 5 años. Su padre le regaló una moto y desde entonces no se ha bajado de ella, aunque no ha sido un camino de rosas precisamente

¡Pedro Acosta se proclama campeón del mundo!

Pedro Acosta, de pedir dinero para un mono a campeón del mundo

Pedro Acosta homenajeó a su familia pescando su nuevo casco de campeón del mundo

Pedro Acosta
Pedro Acosta, durante su etapa en la Cuna de Campeones. (Foto: Instagram Pedro Acosta)
Miguel Zorío

El triunfo de Pedro Acosta es el triunfo de una familia que ha luchado para que pudiera cumplir su sueño, ser piloto de motos. Hoy es campeón del mundo de Moto3. Para ver cómo comenzó todo hay que echar la vista atrás, 12 años para ser exactos. Su padre era un gran aficionado a los motos, le gustaba ir a los circuitos a correr con amigos, y a los 5 años le regaló una de motocross para probar. Hasta ahora.

Al principio lo inscribieron en la escuela de Paco Mármol, más conocido como Pacote. La idea era probar dos semanas a ver qué pasaba. Cuando su padre iba a rodar él se quedaba mirando, pero un día sus padres tomaron la decisión de subirle a una moto y probar suerte. Desde entonces no se ha bajado de la moto. Pacote vio el talento que tenía y decidió acogerlo y criarlo para convertirle en el campeón que es hoy en día, pero ¿quién es realmente Pedro Acosta? ¿De dónde ha salido?

Acosta nació el 25 de mayo de 2004 en el municipio de Mazarrón, Murcia. Viene de una familia humilde de pescadores y tiene dos hermanas mayores, Miriam y María. Las últimas cuatro generaciones de su familia paterna eran pescadores (su padre, su abuelo, su bisabuelo y su tatarabuelo), pero eso de que lo lleva en la sangre no iba con él. Aunque el Peretujo –así se llama el pesquero de su familia– es una de las claves del éxito de este joven murciano de 17 años.

El tiburón de Mazarrón quería ser piloto de motos y tenía talento para ello. Pero no ha sido un camino de rosas. Necesitaba dinero para comprar un mono y tuvo que pedírselo a amigos y familiares. Todo lo que ganaban con la pesca lo empleaban en Pedro, en su carrera, en ayudarle a llegar a la cima. Y lo han conseguido.

Salto a Moto3

Tras su éxito en los campeonatos nacionales como la Cuna de Campeones o el Campeonato de España de PreMoto3, donde fue campeón, debutó internacionalmente en 2018 en el Mundial Junior. Allí disputó tres rondas, llegando a lograr su mejor resultado en Aragón donde terminó decimotercero. Un año después se apuntó, en 2019, se apuntó a la Red Bull Rookies Cup.

En su primer año fue subcampeón con tres victorias pese a perderse las dos primeras pruebas en Jerez por una conmoción cerebral sufrida en la clasificación. 2020 sería el año de su explosión. Arrasó en la Red Bull Rookies Cup (campeón) y fue tercero en el campeonato del mundo junior de Moto3. Sus buenos resultados no pasaron desapercibidos y a mitad de años se hizo oficial su salto a Moto3.

En un principio estaba previsto que entrara en el Mundial de la MT Foundation77 mediante un acuerdo con el equipo alemán Prüstel, pero el salto de Raúl Fernández a Moto2 dejó una vacante en KTM que acabaría siendo para Pedro Acosta. Aki Ajo le acogió bajo su brazo y el español le prometió que «nunca desaprovecharía la oportunidad». Y así ha sido. Campeón en su primer año, entre otros récords, y el año que viene a Moto2.

Sus ídolos: Stoner y Schwantz

Como todo piloto, Pedro Acosta también tiene un ídolo en su vida, bueno en su caso son dos: Casey Stoner y Kevin Schwantz. Dos campeones del mundo que son leyendas del motociclismo. El estadounidense conquistó un campeonato en la categoría reina, que por entonces se denominaba 500cc, y fue en 1993; mientras el australiano logró dos en MotoGP (2007 y 2011). De hecho era, hasta este año, el último campeón no español de la categoría reina.

Pedro se ha fijado mucho en ellos para crecer como piloto y llegar hasta donde está. Por su cabeza no pasa otra cosa que no sea ganar. No le han enseñado a perder, es un ganador. Siempre busca la victoria y disfrutar encima de la moto. Sin embargo, las motos no son la única afición del tiburón de Mazarrón. Fuera de la pista Acosta disfruta con el snowboard y escuchando música. Le ayuda a desconectar.

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