Liga Santander

Pedri evita el desastre

Pedri
Barcelona - Getafe
Guillermo Sáez

Un zarpazo de Pedri salvó al Barcelona en uno de sus partidos más espesos de la temporada. Sin ritmo, fallón y sideralmente lejos del nivel que mostró en la Supercopa de España, el líder ganó con lo mínimo a un Getafe que llegaba con piel de cordero y a punto estuvo de ponerse la de lobo. Borja Mayoral tuvo dos ocasiones clarísimas para confirmar ese cambio de vestuario, pero falló ambas. Decimocuarta victoria en 17 partidos de Liga para un Barça que también supo amarrar los puntos en un mal día.

Empezó la tarde con fiesta en el Camp Nou. Sergio Busquets ofreció la Supercopa de España a la afición, que vitoreó el trofeo como un título de los gordos. Es lo que pasa cuando viertes unas gotas de agua sobre aquel que está muriendo de sed. Lo celebra como la vida misma. Sin duda influyó habérselo arrebatado al Real Madrid. Mucho simbolismo acumulado antes del primer partido de 2023 en el Camp Nou.

Sin los sancionados Lewandowski y Ferran Torres ni los renqueantes Araujo y De Jong, pocos mimbres le quedaban a Xavi Hernández para confeccionar un once sin rotaciones. El Barça llegó a contar con siete delanteros al comienzo de la temporada y se plantaba en esta penúltima jornada de la primera vuelta con solo tres disponibles, ya que Memphis Depay hizo las maletas rumbo al Metropolitano.

Enfrente esperaba un Getafe lleno de nubarrones presentes (tres derrotas seguidas) y pretéritos (ni una victoria en 17 visitas ligueras al Camp Nou). El planteamiento del discutido Quique Sánchez no sorprendió ni al taquillero: defensa de cinco, todos juntitos y aguardar perrunamente el momento de salir al contraataque. Su equipo cumplió la misión con creces y grandes dosis de solidaridad colectiva, pero ni así pudo evitar llegar al descanso abajo en el marcador.

El Barça sobaba la pelota, pero no encontraba huecos en la tela de araña teñida por los azulones y apenas se contaron dos ocasiones clara en toda la primera mitad, una por bando. A la media hora de juego, los azulgranas pillaron a su rival con el culo al aire en un intento de salir con velocidad. Lo abortó Christensen, que abrió rápidamente para Raphinha. El brasileño centró al corazón del área, donde apareció Pedri para batir a David Soria.

Cinco minutos después, la alegría del canario estuvo a punto de irse al traste. Cometió un error garrafal, de esos que rara vez se ven en un jugador de su calidad. Dio un pase hacia Ter Stegen muy flojo, tanto que la pelota llegó a las botas de Borja Mayoral. El ex madridista se encontró de repente con un mano a mano y la sorpresa acabó por aturullarle. Disparó al cuerpo del portero alemán, que también puso de su parte para abortar el empate.

Mayoral vuelve a fallar

Obligado por problemas físicos de sus jugadores, Xavi movió ficha en el banquillo sacando a Balde y Christensen para dar entrada a Jordi Alba y Eric García. No cambiaba el guión ni un milímetro: posesión espesa de los locales y afianzados en la retaguardia los visitantes. La distancia era demasiado corta para que ambos alteraran sus respectivos planes. El partido viraba a plomazo por momentos.

El Barça buscó más fluidez dando entrada a un cuarto centrocampista, Kessié, en lugar de un extremo, en este caso Raphinha, una fórmula habitual en los últimos partidos. Cualquier cosa para dar velocidad al ataque y conectar al partido a Ansu Fati, espectral en su rol de ariete. Como para no echar de menos a Lewandowski, el pichichi de la Liga…

Rompió el tedio una entrada muy dura de Dembélé a Alderete que fue castigada con tarjeta amarilla, que pareció naranja y pudo ser roja. El VAR hizo mutis y siguió el aburrimiento generalizado en el Camp Nou pese a las protestas desde la banda de Quique Sánchez. Pasaban tan pocas cosas que daba la sensación de que podía pasar cualquiera. ¿Tendría el Getafe su oportunidad para aguarle el día al líder? Pues sí: en el minuto 74 apareció Mayoral, solísimo, para cabecear en el área pequeña. Volvió a errar.

Ni así espabiló un Barça extraviado que coqueteó con el desastre durante la recta final del encuentro. Frente a un rival más avezado, se le hubieran escapado puntos con mucha probabilidad. Falló Kessié, la mandó Ansu a las nubes. Tímidos acercamientos ante un rival que tiró más a puerta en el cómputo global del encuentro (8-7). Latasa dio el último sustito en el descuento. Poco le importó a la afición culé. Tocaba meter los puntos en el zurrón; lo de jugar bien, para otro día.

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