El Atlético recupera su esencia y roza los cuartos (0-2)
El Atlético de Madrid de esta temporada es un poco enigmático. Igual pasa por encima del Bayern en Champions que pincha en Liga ante un rival menor, algo que ha ocurrido más de lo normal este curso. Este martes, los de Simeone tenían la oportunidad de seguir recuperando confianza en el Estadio de Gran Canaria, y así ocurrió. Los rojiblancos lograron un gran resultado para la vuelta (0-2) y rozan los cuartos de final del torneo del KO gracias a un partido muy completo y muy serio del equipo madrileño.
Los turrones y las vacaciones parecieron pasar factura a ambos equipos en los primeros compases del choque. Las Palmas trataba de hacerse con el mando del partido a base de posesiones largas, aunque excesivamente horizontales y lentas, de ahí que el Atlético apenas pasara problemas. Los de Simeone se defendían bien e intentaban salir rápido con peligro a la contra, hasta que en el minuto 20 Koke aprovechara un rechace para batir a Lizoain con un potente disparo que supuso el 0-1.
El Atleti, muy cómodo durante todo el choque
El conjunto rojiblanco estaba más cómodo sobre el césped del Estadio de Gran Canaria pese a estar menos en contacto con el balón que los amarillos. El Atlético se limitó a cerrar todos los espacios posibles a Las Palmas para contragolpear en busca del segundo tanto, y leyó mejor el encuentro que los locales durante la primera mitad. Con el 0-1 se llegó al descanso, y el conjunto colchonero se marchaba al vestuario con el objetivo de marcar fuera de casa cumplido.
El segundo tiempo comenzó con el mismo guión. Las Palmas quería pero no podía y atrás concedía demasiadas facilidades al equipo dirigido por Simeone, que en el minuto 51 aumentó la diferencia y se puso 0-2 gracias a un gol de Griezmann. El francés aprovechó una gran dejada de cabeza de su compatriota Gameiro tras un buen centro de Vrsaljko, un tanto que a la postre puede ser decisivo en la eliminatoria, ya que los canarios viajarán al Calderón con los octavos de final cuesta arriba y con la necesidad de tirar de épica para lograr una machada que se presume ciertamente complicada.
Desde ese tanto del galo y hasta el final, el partido fue más de lo mismo. Las Palmas intentaba recortar diferencias sin éxito y los rojiblancos seguían llegando con mucho peligro al área de Lizoain, que detuvo un disparo a Griezmann en el minuto 78 que pudo ser la puntilla. El último tramo del choque estuvo marcado por las protestas locales a Martínez Munuera que, por no meterse en líos, acabó enfadando a los canarios.