El balear ganó en cuatro sets (2-6, 6-4, 6-2, 6-1)

Nadal resucita ante Fognini y ya está en tercera ronda del US Open

Rafael Nadal logró una victoria mayúscula ante Fabio Fognini en segunda ronda del US Open. El balear resucitó a tiempo y remontó el partido

Nueva York, a los pies de Nadal tras uno de los mejores puntos de su carrera

La dura confesión de Nadal en pleno partido: «Estoy con mucha ansiedad»

Nadal
Nadal celebra el triunfo. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El tenis es un deporte que se juega en partidos de 1 vs 1 y en los que, se dé la situación que se dé, es realmente complicado que no acabe ganando Rafael Nadal. Haciendo buena la máxima que el ídolo español y mundial se ha empeñado en construir a lo largo de su histórica carrera, el propio Rafa logró un nuevo episodio épico que añadir a la serie y se impuso a Fabio Fognini en segunda ronda del US Open. El resultado final dibuja un 2-6, 6-4, 6-2, 6-1 que podría tildarse incluso de asequible, pero la realidad es que Nadal necesitó resucitar tras una situación límite y lo hizo con la ejemplaridad que le caracteriza para asumir malos momentos, resetear y convertirlos, a base de tenis y coraje, en una nueva y mágica exhibición en su carrera.

Más allá de la victoria y lo vivido en la noche americana –madrugada española– sobre la Arthur Ashe, lo más importante es que Nadal comenzó jugando fatal, pero reaccionó y acabó bordando el tenis, lo que supone la constatación de que su juego puede llevarle al quinto título en el US Open, su gran objetivo de la temporada. Próxima parada, un viejo conocido como Richard Gasquet.

Nadal no se encontró bien hasta el tercer set, pero antes de ello se puso el mono de trabajo para diluir el talento innato de uno de los mejores del mundo en cuanto a calidad bruta se refiere. Fabio Fognini se estaba paseando por la Arthur Ashe hasta el punto de colocarse con 6-2, 4-2 en un luminoso que era tan claro como la superioridad tenística del italiano sobre Rafa. Pero entonces, Fognini se encontró con que su rival no estaba muerto, sino diluyendo todo lo malo para convertirlo en bueno, para convertirlo en victoria.

El cuatro veces campeón en Flushing Meadows no escondió su ansiedad, confesada a su box en pleno encuentro mientras fallaba revés tras revés, preso del ritmo de bola meteórico de Fognini. Para entonces, el italiano había roto el servicio de un desconocido Nadal hasta en ¡cinco! ocasiones en una hora de partido. Se estaba asomando una de las peores derrotas de la carrera del mejor de siempre, pero al final lo que sucedió es, una vez más, el cumplimiento de la máxima mencionada anteriormente. Nadal siempre gana.

Nadal cae y se levanta

Todo lo que sucedió antes de la reacción de Nadal se resume en que Rafa estuvo fatal, errático como pocas veces en los últimos años, y Fognini excelso, bailando sobre la pista central del US Open. A partir de ahí, una exhibición primero de coraje y más adelante de tenis del mejor Nadal, que pasó por encima de un Fognini que no se lo podía creer.

El segundo parcial pasó del 2-4 al 6-4 en cuestión de minutos, con todo yendo rápido y Nadal aún sin llegar a su máximo nivel, aunque en camino de ello. Fueron los fallos de Fognini y el acierto al resto de Rafa lo que igualó una contienda que sólo estaba empatada si mirábamos al marcador, ya que al escuchar a la grada y al mirar a ambos jugadores, quedaba claro que el español pasaría a ir ganando con el paso de los minutos.

El tercer set, después del drama vivido en los dos anteriores, de distinta manera, trajo el máximo disfrute a la Arthur Ashe. Nadal levitaba sobre el tapete neoyorkino, elevando el potencial de su drive a la máxima expresión y dejando puntos para el recuerdo. Uno de ellos, un winner en devolución tras un remate de Fognini –como lo leen– provocó el éxtasis absoluto del público local, enamorado ya desde hace años del repertorio tenístico y mental del héroe español.

Exhibición del maestro Nadal

Un 6-2, tan rotundo como el que Fognini había dibujado en el primer set lanzaba a Nadal a una tercera ronda que estaba a solo un paso. La inercia ganadora, además, le permitía estrenarse con un break ante un rival que apenas competía ya desde el otro lado de la pista. Pero entonces, en el encuentro de los mil sucesos, aparecería un nuevo elemento inverosímil.

En un escorzo obligado por el vuelo de una pelota de Fognini, Nadal devolvía la pelota de revés con tal mala suerte que la raqueta rebotaba en el suelo, estando en sus propios brazos, y le golpeaba en la nariz, provocándole una herida que obligaba a parar el partido de inmediato. Rafa tuvo que tumbarse en el suelo, atendido en primer lugar por un deportivo Fognini y después por los médicos. La cosa no pasó a mayores, pero el desorden creado frenaba el despegue de Nadal, obligándole incluso a levantar dos pelotas de break que hubieran supuesto el empate técnico en la cuarta manga.

Nadal levantó esas bolas a base de aguante y veteranía, también de saque, y se dispuso a poner el colofón a una victoria épica que le mira de tú a tú a alguna de las más grandes de la historia reciente del balear. Un triunfo épico, mayúsculo y que, lo que es mejor, sirve como inmejorable presentación de la firme candidatura de Rafael Nadal Parera al US Open.

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