La muerte de Sánchez Arminio deja al ‘caso Negreira’ con el Barça como testigo principal

La muerte de Victoriano Sánchez Arminio deja al ‘Caso Negreira’ huérfano de testigos arbitrales relevantes. El que fuera presidente del Comité Técnico de Árbitros durante un cuarto de siglo y que fue el jefe directo de José María Enríquez Negreira no declarará en el caso que ha puesto en tela de juicio a todo el estamento arbitral por los pagos de 7,5 millones de euros del Barça a uno de sus subordinados.

Estaba previsto que Sánchez Arminio, quien hace un mes estuvo declarando por el ‘caso Soulé’ junto a Ángel María Villar, fuese una de las personas llamadas a declarar como testigo por el ‘caso Negreira’ cuando se abriese el juicio. El deceso dirigente cántabro deja a directivos y ex directivos del Barcelona como testigos principales del juicio ante el que tampoco acudirá a declarar previsiblemente el protagonista de la historia, José María Enríquez Negreira, al aducir alzheimer.

Hay que recordar que Sánchez Arminio y Enríquez Negreira eran uña y carne tras haber compartido trayectoria durante casi toda su carrera profesional. Ambos fueron árbitros en la misma época y una vez retirados se dedicaron a controlar el estamento arbitral durante más de dos décadas. El colegiado catalán fue designado por Sánchez Arminio para comunicar e influir los ascensos y los descensos de los colegiados e inicialmente estuvo en el Comité de designaciones arbitrales.

Tan buena era la relación entre ambos que el hijo de Negreira, Javier Enríquez, fue contratado por Sánchez Arminio para que diese charlas motivaciones y de coaching a los distintos árbitros que estuvieron en Primera y Segunda División durante un periodo que fue de 2008 y 2015.

Sánchez Arminio deja el ‘caso Negreira’ sin una de sus piezas fundamentales para poner algo de luz en los motivos por los que el Barcelona pagó 7,5 millones al vicepresidente de los árbitros. El cántabro fue un hombre clave para el ex presidente de la Federación de Española Fútbol, Ángel María Villar, quien le confió todo el estamento arbitral otorgándole la independencia de la que hoy dispone para bien y para mal.