Lo nunca visto: el Atlético golea y el árbitro no le enseña ninguna tarjeta
Gana al Betis en el Metropolitano y sigue a dos puntos de diferencia de Sevilla y Real Madrid
Golazo de Carrasco y partidazo de De Paul, imperial en el medio campo
El Betis arrancó con fuerza, pero acabó engullido por la mejor versión del Atlético
Pellegrini reservó a Fekir para el derbi de la próxima semana ante el Sevilla
Una versión mucho más convincente del Atlético que la del pasado jueves en Valencia despachó al Betis y logró su objetivo de no perder la estela de Real Madrid y Sevilla. Carrasco marcó un golazo y De Paul estuvo jerárquico en medio campo, En la antesala del decisivo partido en Anfield ante el Liverpool esta victoria le aporta valores terapéuticos a un equipo que todavía sigue lejos del nivel que le hizo campeón la pasada temporada, pero que empieza a derribar puertas. Hoy ha logrado su mayor victoria de la temporada, ha dejado su portería a cero, Joao ha marcado su primer gol del curso y, lo que es aún más inaudito: el árbitro no le ha enseñado ni una sola tarjeta.
El Betis sigue siendo el visitante perfecto para el Atlético de Simeone. Son ya nueve victorias y un empate en diez partidos en Madrid. Números abrumadores que hoy se explica en parte por la alineación inicial de Pellegrini, que pensó más en el derbi de la próxima jornada ante el Sevilla que en utilizar lo mejor que tenía bajo el manto de lluvia que acompañó la tarde en el Metropolitano. Así, Fekir no jugó ni un solo minuto, ni siquiera cuando el resultado estaba todavía sobre el alambre.
Sin embargo el arranque fue desconcertante para el Atlético. No se había jugado ni un minuto de partido cuando el Betis ya había clavado su pica en Flandes. Wiliam Carvalho se quitó a todo el mundo de en medio y acabó soltando un disparo que obligó a Oblak a sacudirse el letargo con una parada capaz de despertar a cualquier portero. La respuesta rojiblanca no se hizo esperar. Giménez cabeceó el primer córner del partido y ahora fue Claudio Bravo el que tuvo que hacer acto de presencia. En la grada el público se frotó las manos convencido de que el espectáculo estaba garantizado. Valía la pena hasta aguantar el diluvio que caía sobre Madrid.
Al Atlético le costó arrebatarle el balón al Betis, pero para intimidarlo soltó un par de zarpazos contundentes. A los Suárez dejó a Carrasco solo ante Bravo, que envió el balón a córner, y en el saque de esquina el que lo intentó fue Correa, cuyo disparo dibujó una rosca a la que sólo le faltaron un par de centímetros para alojarse en la red.
Hecho ya con el mando del partido, De Paul capturó un rechace fuera del área, pero su disparo chocó contra Carvalho en el área. El argentino cayó fulminado al suelo, pero ni el VAR ni Alberola Rojas abrieron la boca. Por supuesto la indignación hizo vociferar al estadio, pero ni por esas. El Betis sacó de puerta sin más problemas, pero la tendencia había cambiado. A los 18 minutos Correa habilitó a Griezmann, cuyo disparo sacó en la misma escuadra Claudio Bravo.
El chileno parecía tan gigantesco como lo fue el año pasado en el partido que el Atlético jugó en el Villamarín, pero por fin encontró el equipo una forma de vulnerar su resistencia. A los 26 minutos Griezmann le dejó el balón a Correa, que se quitó de en medio a dos centrocampistas con una finta maravillosa con la que consiguió el espacio suficiente para habilitar a Carrasco en el área. El belga fintó a Montoya y soltó un zurdazo demoledor que no se detuvo hasta que chocó con la red. El 1-0. Un resultado a la medida de lo que se estaba viendo en el campo.
Pese a tener a su enemigo contra las cuerdas el Atlético cometió el mismo error que el pasado jueves en el campo del Levante y firmó un armisticio en el partido que el Betis aprovechó para tomarse un respiro y llegar al final de la primera parte sin más interrupciones que una jugada que encolerizó a Simeone en el palco. Carvalho agarró hasta en dos ocasiones a Griezmann impidiéndole que progresara. El árbitro pitó la falta, pero ahí quedó todo. Nada que ver con el listón que se aplica en cualquier acción punitiva de los rojiblancos, pero hay que acostumbrarse a vivir con lo que es el pan nuestro de cada día.
Hermoso marcó en el arranque de la segunda parte, pero el VAR tiró líneas y descubrió que el central estaba un palmo más adelantado que el último defensa del Betis. Del posible 2-0 al posible 1-1 en otro cabezazo, ahora de Wilian José, que emergió por encima de Savic y Giménez para mandar el balón a un simple suspiro de los límites de Oblak. Fue la primera aparición del Betis tras el descanso, pero sería su epitafio. A los 62 minutos Bravo estuvo magistral tapándole todos los huecos a Suárez, pero en el saque de esquina posterior Pezella cometió el error de cabecear a su propia portería y elevar al marcador un 2-0 que parecía ser ya bastante tranquilizador.
Ahí se acabó el partido porque el Betis insistió en no arriesgar jugadores de cara al derbi y el Atlético empezó a pensar en Anfield. De todos modos, la tarde aún le reservaba su momento de gloria a Joao, que marcó su primer gol del curso tras un disparo cruzado casi sin ángulo que el VAR ratificó pese a que inicialmente Alberola lo había anulado.