Adiós a Jonah Lomu, leyenda y primer galáctico del rugby

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Jonah Lomu se hace un 'selfie' en la última final del Mundial de Rugby entre Nueva Zelanda y Australia. (Getty)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El genial Jonah Lomu, jugador de los All Blacks y una de las mayores leyendas de la historia del rugby, ha fallecido en Aukcland a los 40 años víctima de la enfermedad renal que le obligó a trasplantarse un riñón en 2004 cuando aún estaba en activo y provocó su prematura retirada con sólo 27 años. «No tenemos palabras para expresar lo que sentimos en este momento», dijo el antiguo médico de la selección de Nueva Zelanda, John Mayhew, quien confirmó su fallecimiento.

«Jonah fue una leyenda de este deporte, una persona adorada por muchos aficionados tanto en Nueva Zelanda como en todo el mundo», añadió Steve Tew, director ejecutivo del equipo nacional de rugby de Nueva Zelanda.

Con una velocidad y una puesta en escena jamás vistas hasta entonces, Lomu convirtió el rugby en un fenómeno de masas

Lomu defendió la camiseta de los All Blacks en 63 ocasiones entre 1994 y 2002. Consiguió 37 ensayos, 15 de ellos en los Mundiales, un récord que este año igualó el sudafricano Bryan Habana. Debutó en un partido contra Francia en la localidad de Christchurch, pero no saltaría al estrellato hasta un año después, en el Mundial de Sudáfrica, en el que los neozelandeses fueron subcampeones.

Más que un jugador, Lomu fue el primer galáctico del rugby, el hombre que convirtió este deporte en un fenómeno de masas y en un espectáculo global en todo el planeta. Su apabullante poderío físico, mezclado con una estudiada puesta en escena casi cinematográfica convirtieron al neozelandés en el icono de una generación.

Tenía una velocidad y potencia nunca vistas hasta encontes y apartaba rivales como un Gulliver que se quitaba de encima enanitos. Un brazo para sujetar el oval  y el otro para apartar rivales, como una máquina quitanieves abriendo camino hasta el ensayo final. Lomu imponía tal pánico entre los defensores que acabó convirtiéndose en una leyenda mundial justo después de que el rugby se convirtiera en un deporte profesional en 1995.

El rugby ha perdido una leyenda, pero el legado de Jonah Lomu pervivirá para la eternidad. Descanse en paz.

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