James se pone el mono de trabajo

James Rodríguez se ha puesto el mono de trabajo y ha demostrado a Zidane que puede ser muy útil para este Real Madrid. El colombiano tuvo ofertas en verano –la más apetecible la del Inter de Milán–, pero las rechazó porque quería quedarse en el club blanco y demostrarle al técnico francés que puede volver a ser el James que deslumbró al madridismo en su primer año.
Y lo ha conseguido. Acompañado de un increíble cambio de actitud, el colombiano ha asumido su rol cuando le ha tocado ser suplente y ha esperado con ilusión que Zidane le diera minutos para demostrarle que sigue teniendo hueco en esta plantilla y en el once inicial. En cada entrenamiento, James se deja el alma y sólo así ha conseguido volver a ser importante para el entrenador francés y adelantar, por ejemplo, a compañeros como Isco o Kovacic y ponerse a la altura de Asensio que, en pretemporada, se postulaban como su competencia más directa.
Y eso sólo se consigue con trabajo diario y con actuaciones como la que tuvo ante el Borussia Dortmund. El colombiano aceptó con humildad que ante los alemanes debía entregarse en el trabajo defensivo para tratar de frenar el potente centro el campo teutón y eso fue lo que hizo hasta que se desfondó.
En ataque también se dejó ver. Destellos de calidad procedentes todos de su bota izquierda para crear ocasiones de peligro. James ha vuelto y en el cuerpo técnico están encantados con la noticia. «Este es el James que nosotros queremos», comenta Zidane a los suyos.
Un ejemplo más, como el de Lucas Vázquez, de que si el esfuerzo es innegociable, la recompensa llega. James tenía, seguramente, la situación más complicada dentro de la plantilla en agosto y, sólo un mes después, ha conseguido darle la vuelta a la tostada y volver a ser imprescindible.