La indecisión de Ernesto Valverde desespera al Barcelona

VALVERDE
Ernesto Valverde, sentado sobre el banquillo del Camp Nou en un partido reciente. (AFP)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

La directiva del Barcelona quiere que Ernesto Valverde sea su próximo entrenador. El Txingurri, al mismo tiempo, tiene desesperada a la zona noble del Camp Nou por su indecisión y por la demora que está tomando su hipotético fichaje por el club culé hasta el punto de que se sopesan otras opciones si el actual técnico del Athletic sigue sin desvelar lo que hará al final de temporada.

El Barcelona se encuentra molesto por las formas en las que Valverde se está dirigiendo al club. Acostumbrados al sí inmediato por respuesta o al menos un mínimo guiño, el preparador extremeño guarda las formas y no da ninguna pista sobre lo que hará ni de puertas a fuera ni de puertas a dentro. Pese a ser el favorito de la directiva, Valverde quiere que todo se haga según sus tiempos, mientras cunde el nerviosismo entre las cabezas visibles del barcelonismo.

El Real Madrid está moviéndose rápida y eficazmente de cara a la próxima temporada. Ha salido victorioso de las batallas por Theo Hernández y Vinicius Junior ante un Barcelona que se ha quedado con el molde en dos fichajes donde parecía tenerlo todo a favor. La directiva culé señala a la necesidad de un entrenador para mover ficha –Robert Fernández parece que no tiene mucho que decir– en materia de incorporaciones.

Valverde gusta y mucho a los directivos porque le consideran fiable, buen conocedor de la Liga y de las competiciones europeas y con un perfil muy próximo al que el club busca al cumplir el precepto básico de ser ex jugador del Barcelona. Bartomeu y sus personas de máxima confianza consideran que el nuevo técnico estaría perfectamente preparado para afrontar el desafío y que además cuenta con el respeto de las principales figuras del plantel culé por su experiencia.

Las otras opciones siguen a la espera

Mientras tanto, Juan Carlos Unzué continúa esperando un rebote, una mínima esperanza de capturar el banquillo que deja vacante Luis Enrique. El segundo del asturiano ha perdido la oportunidad de dirigir a Las Palmas por apurar sus opciones y eso que su bronca pública con Neymar la pasada semana ha debilitado su posición sobremanera. Sus posibilidades pasan por una renuncia de Valverde y ni con esas lo tendría asegurado.

Si el Txingurri renuncia a entrenar el Barcelona, el abanico de posibilidades se abre a tres o cuatro nombres, todas ellas más complejas. El que más gusta es un Eusebio Sacristán que renovó por la Real Sociedad y cuya salida costaría al club cinco millones de euros, una cantidad casi inasumible.

Otro que también está en la agenda por si fallase Valverde es Ronald Koeman. El héroe de Wembley ha llevado al Everton hasta la séptima plaza en la Premier League y siempre ha tenido la ambición de sacarse la espina de su paso negro por Valencia. Una parte de la directiva no se fía de que pueda llegar y poner patas arriba al vestuario.

Las otras opciones minoritarias las representan dos ex jugadores de la casa. Óscar García Junyent y Gerard López, pese a su inexperiencia, también entran en las quinielas y podrían sumar posibilidades si Valverde sigue demorando su decisión. El Barcelona no puede permitirse estar cruzado de brazos mientras el Madrid domina el mercado y los títulos.

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