Griezmann culmina el peor curso de su carrera

Antoine Griezmann ha culminado este lunes el peor año de su carrera deportiva. Ha jugado sólo los últimos 10 minutos del decisivo Francia-Croacia, que ha acabado con victoria croata 0-1, por lo que los actuales campeones del mundo quedan fuera de la Liga de las Naciones de la UEFA, y ha cerrado un curso en el que lleva cinco meses y siete días sin marcar un gol, desde que se lo anotó al Rayo Majadahonda en la Copa del Rey el 6 de enero.

Griezmann va a superar los 200 días sin marcar un gol, ya que ahora está oficialmente de vacaciones y no habrá partidos oficiales hasta la segunda semana de agosto. Si anotara de nuevo el 13 de agosto -que es mucho suponer- será 219 días o, lo que es lo mismo, siete meses y siete días. A partir de ahí, a contar cuanto tiempo va a necesitar el francés para volver a algo que en él solía ser habitual.

Didier Deschamps, seleccionador francés, fue el primero en abrir el fuego ante lo que ya es una evidencia: la mala racha de Griezmann. Tras el empate ante Austria y la nueva mala actuación del delantero Deschamps no dudó en apuntar que «sabía que no tenía para 90 minutos en las piernas. No está en su mejor forma, se nota en su actuación y su influencia en la dinámica».

Al jugador del Atlético le echó una mano su compañero de selección Benzemá, que aseguró de Antonie que «hace muchas jugadas defensivas, ayuda al equipo, solo le falta acierto. Volverá, seguro, marcará, y debe seguir ayudando al equipo como lo hace». Sin embargo Deschamps parece tener claro que Griezmann aporta ya muy poco y no dudó en sentarlo en el decisivo partido ante Croacia, algo impensable hace muy poco.

En Madrid Simeone guarda silencio porque es el principal valedor del francés, pero es consciente de que está metido en un bucle. Tal y como anticipó OKDIARIO el entrenador medita retrasarle hasta medio campo, en una posición parecida a la de Modric, porque necesita arriba a alguien con mucha mayor capacidad goleadora.

Lo cierto es que el francés se ha convertido en un problema para el Atlético, que está obligado a asumir un segundo año de cesión en el que debe pagar todo su salario, superior a los 20 millones brutos, y además deberá hacer frente a su