Dos indicadores de que la economía crece

Tras la pista de Gravesen: de ogro en el Bernabéu a amo de Las Vegas

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Thomas Gravesen durante un entrenamiento con el Real Madrid. (Getty Images)

¿Quién no recuerda a Gravesen? Aquel futbolista con cara de tipo duro que dejó infinidad de anécdotas en tan sólo un año en el Real Madrid es ahora multimillonario.

Vamos por partes, como diría Jack el Destripador. Este danés dio sus primeros pasos en el Vejle, equipo de su localidad natal. A las dos temporadas de debutar en la Primera División, el Hamburgo se hacía con sus servicios gratis.

Tres temporadas rayando al más alto nivel en Alemania -fue nombrado hasta mejor jugador extranjero- le valieron para que el Everton pusiera sus ojos sobre él y pagara 3,5 millones de euros.

En el club de Liverpool llegó su consagración. Cinco campañas como titular indiscutible precedieron a una Eurocopa de Portugal en el que fue el mejor de su selección, lo que provocó que el Real Madrid se lanzase a por su fichaje.

De la Gravesinha a su pelea con Robinho

Así, el conjunto blanco pagó 3,4 kilos por en el verano de 2005 por un jugador terrenal como Gravesen en la todavía época de los galácticos. Su adaptación no fue fácil y cayó en una dinámica de lesiones que su condición de naturista -no podía tomar medicamentos para recuperarse- no consiguió superar.

Dentro del terreno de juego se le recuerdan broncas con rivales -con los atléticos Pablo y Fernando Torres- y compañeros -todos recuerdan aquel grito ensordecedor a Zidane- lo que motivó que se le pusiera el mote de ogro o Shrek particularmente, pero por encima de todo inventó un nuevo regate: la Gravesinha.

Este consistía en un hincamiento de una de sus rodillas mientras mantenía la estabilidad con la otra pierna en búsqueda del balón. No era fácil ya que una herida llevó consigo la única vez que lo realizó.

Pasaban los meses y su carácter seguía siendo el mismo, lo que le hacía ganarse una fama de chico duro. El cénit lo alcanzaría durante la pretemporada de 2006 cuando se peleó con Robinho durante un entrenamiento.

Aquello fue el principio del fin para Gravesen en el Real Madrid. Un sargento de hierro como Fabio Capello le puso entonces el cartel de transferible y apenas unos días después hacía el viaje de vuelta a las islas británicas.

El ocaso le hizo multimillonario

Otro mítico club como el Celtic de Glasgow iba a ser el próximo destino para Gravesen a cambio de 3 millones de euros. En Escocia no triunfó, lo que motivó que la siguiente temporada se fuera cedido al Everton.

El danés regresaba al equipo en el que mejor había rendido y él respondía con un fútbol que parecía confirmar su resurgir. Sin embargo no fue más que un espejismo porque su regreso a los Hoops fue otro tormento, lo que motivó a que anunciara su retirada de los terrenos de juego en 2009 con tan sólo 32 años de edad.

Así, el exmadridista se fue a Liverpool de nuevo a vivir en su ático de lujo mientras que invertía todo lo ganado en su carrera deportiva en varios negocios financieros.

Con sus 100 millones de euros de patrimonio -aproximadamente- se fue a vivir la vida al paraíso del ocio: Las Vegas. Ya allí comenzó una relación sentimental con una espectacular modelo checa de nombre Kamila Persse mientras despilfarraba el dinero en todo tipo de juegos: póker, tragaperras…

Ahora, ya cumplidos los 40 años parece que se ha convertido en el nuevo Benjamin Button. De aquel ogro que se ganó el cariño del Bernabéu y despertaba miedo tanto de sus compañeros como de los contrincantes no queda más que el amo de la ciudad del estado de Nevada.

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