EIBAR 1-4 REAL MADRID: JORNADA 26 DE LIGA

Así, así, así gana el Madrid

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Los jugadores del Real Madrid celebran el 0-1. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Un Real Madrid serio, solidario, intenso, comprometido, coral. Un EQUIPAZO. Los de Zidane mostraron su mejor cara en Eibar y se rearmaron de cara al peliagudo partido ante el Nápoles. Sentenciaron el duelo en 45 minutos primorosos, guiados por un James hiperactivo y un Benzema que sacó las uñas para tapar la boca a sus críticos con un doblete. En la segunda, los blancos guardaron la ropa para que Asensio sellara una goleada que borra cualquier atisbo de crisis.

Fue una victoria con los viejos valores eternos del equipo blanco. Primero, correr igual que el rival. Después, jugar mejor. Y así, así, así gana el Madrid.

Rotaba Zidane. Y rotaba mucho. Quizá porque el partido que no tiene arreglo es el del martes en Nápoles, el técnico del Real Madrid se guardaba a Carvajal, Marcelo y Kroos, titularísimos para San Paolo, donde también jugarán Cristiano y Bale, que veían el duelo de Ipurua en las gigantes pantallas de sus casas. Era un once refrescado y joven, atrevido, solidario y fuerte, pero quién sabe si más arriesgado que subir al Everest en bañador.

Por enumerar. Keylor Navas bajo los palos –con él va a ir Zidane hasta el final–; Danilo y Nacho, laterales nuevos en defensa, junto a Pepe y Ramos para dar estabilidad al equipo. En el medio regresaba el guardaespaldas Casemiro y el genio Modric, que no ha salido de su lámpara maravillosa en el último mes. El tercer mosquetero en el medio era James, de lo mejor del equipo en los últimos partidos. Arriba Lucas Vázquez hacía de Bale, Asensio de Cristiano y Benzema, de Benzema.

Y 30 segundos tardó Benzema en hacer de Benzema. Recibió un pase medido de James dentro del área. Estaba de frente a la portería. Sólo tenía que controlar y tirar, pero se durmió y Capa le robó la cartera como si fuera un guiri en la Puerta del Sol. El Real Madrid había salido remangado porque Ipurua era un patatal y pintaba un duelo para bregar.

Benzema vale por dos

Modric y James se lo tomaban en serio y gobernaban el partido, pero Benzema se había quedado echando la siesta en el hotel. En el césped, el Real Madrid estaba serio y bien plantado, como un notario firmando una hipoteca. También el Eibar, fiel a su estilo: defensa muy adelantada, líneas muy juntas, presión a todo lo que da. El partido era incómodo para lo

En el 13 Benzema rompió su gafe. Fue una acción por la izquierda de Marco Asensio, que tiró la pared con James. Su centro recorrió la defensa eibarresa. Nadie supo despejar. Luna se la comió en el segundo palo y la pelota cayó en los pies de Benzema. El francés falló su disparo en primera instancia ante Yoel, pero aprovechó el rechace del portero para marcar el 0-1.

El Real Madrid recibía el premio al trabajo porque en Ipurua es imposible ganar sin ensuciarse el traje. Y en el 24 el Gato volvió a arañar. Fue en una acción a balón parado. La botó James con la precisión de un relojero suizo. La pelota voló hacia el segundo palo y por allí estaba, libre de marca, Karim Benzema para marcar en menos de media hora la mitad de los goles que llevaba en toda la Liga.

Y en el 29 cayó el 0-3 que dinamitaba el partido. Fue otra jugada de Benzema, esta vez caído a la banda derecha. El francés vio el desmarque de James al primer palo y le devolvió la asistencia. El colombiano estiró la pierna como si fuera una gimnasta o una bailarina y conectó la pelota de primeras. El Real Madrid abrochaba media hora de fútbol y trabajo.

Un trabajo de equipo

En el 38 tuvo la primera ocasión el Eibar, pero ahí estaba el capitán Ramos para evitar que la pelota llegara hasta Keylor Navas y evitar el tanto local casi en boca de gol. Luego Asensio, Benzema y Asensio otra vez tuvieron en los pies el cuarto, pero Yoel lo evitó. Con el 0-3 y la sensación de que el Real Madrid había vuelto de la hibernación nos fuimos al descanso.

En la reanudación el Eibar recuperó un punto de efusividad, pero la pelota era del Real Madrid, que manejaba el partido con la autoridad de un Guardia Civil de tráfico. Goteaban las ocasiones y las llegadas al área de Yoel. Pasaban los minutos y el tiempo corría a favor d elos de Zidane, con los locales dejando fincas sin vigilar a sus espaldas.

Y así llegó el cuarto. Fue una contra lanzada por Benzema, acelerada por Asensio y culminada por James. Al colombiano se le enganchó la pelota y tiró forzado al palo. Asensio aprovechó el rechace para marcar el golito que por su trabajo se había merecido.

Con el partido decidido, Zidane dio descanso a Benzema y metió al campo al siempre bullicioso Mariano. Casemiro buscaba la amarilla para perderse el partido ante el Betis y limpiarse para después. Tardó un par de minutos en ganar el premio. No se rendía el Eibar en busca de un gol que pusiera en pie a Ipurua. Replegaba el Madrid, más por descanso que por miedo.

El honor del Eibar

En el 71 el Eibar logró el gol que buscaba. Fue después de un centro desde la derecha de Pedro León, que había hecho falta a Nacho. Su pase lo remató en el segundo palo Rubén Peña… con el culo. Pero los goles con el culo también valen.

A pesar del gol, los locales no tenían ni fuerzas ni tiempo para intentar la heroica. El Real Madrid siguió buscando el quinto en el último cuarto de hora, pero jugando con dos velocidades menos, sabedor de que el partido estaba finiquitado y de que el martes espera San Paolo. Y eso sí que será otra historia.

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