Decepción Trincao
Francisco Trincao sigue sin explotar en el Barcelona transcurrida ya media temporada. El portugués es intrascendente y Koeman ya le ha dado un toque de atención
Francisco Trincao acabó la pasada temporada en Portugal con ocho goles y seis asistencias en los 27 partidos que disputó con el Sporting de Braga, solo 17 de ellos titular. No son números estratosféricos, como tampoco lo eran en el momento en el que el Barcelona decidió cerrar la operación por él en enero de 2020 a cambio de nada más y nada menos que 31 millones de euros. Sobra decir que fue antes de que se atisbara la pandemia y las tremendas consecuencias que tendría en el fútbol y su estatus económico.
Pero la situación en aquel momento era otra en Can Barça y desde el club se veía en Trincao un jugador con mucho potencial, con tan solo 20 años y que estaba a punto de explotar. Recién había roto la barrera del primer equipo con el Braga, hacía pareja con un Ricardo Horta, ex del Málaga, que también estaba en alza en Portugal –quizá éste era el bueno–. Los culés decidieron cerrar cuanto antes la operación, asegurándose su concurso para la temporada 20/21, manteniéndole hasta junio con el Braga. Firmaba cinco temporadas y una cláusula de 500 millones de euros.
Trincao se incorporó a la disciplina blaugana este verano con el objetivo de romper a jugar en un Barça necesitado de nuevos talentos, de jugadores hambrientos por crecer. El portugués cumplía el perfil pero tras su primera media temporada en el club está decepcionando. El extremo luso aún no ha aprovechado ninguna de las muchas oportunidades que se le han otorgado. Koeman siempre le ha mantenido en las rotaciones de su plantilla, confiando en su eclosión más pronto que tarde, pero esta sigue sin darse.
Es evidente que el portugués está algo verde para un club como el Barcelona, que no está para ser titular aún en un equipo tan exigente como el blaugrana, ni siquiera en este curso de transición en el Camp Nou. No se le puede negar a Koeman que le esté dando oportunidades y opciones para que el jugador se reivindique y demuestre su potencial. El holandés le ha dado un rol secundario pero muy importante en el contexto Barça. Es el revulsivo y el hombre de segunda partes en La Liga.
Ha jugado 16 encuentros en lo que va de temporada y en todos saltó desde el banquillo en el campeonato doméstico. 10, 20, 30 ó 40 minutos en cada encuentro en los que de momento no ha demostrado valer los 30 millones que se depositaron en Braga por él. Hasta la fecha, solo una asistencia aportó en lo tangible. En los dos partidos de Copa del Rey ante Cornellá y Rayo Vallecano sí salió de inicio –ambos rivales menores– no así en las dos eliminatorias de la Supercopa de España en las que entró de refresco. También tuvo titularidades en Champions ante Ferencvaros (2), Dinamo Kiev y en el desastre ante la Juventus en el Camp Nou (0-3).
Toque de Koeman
La decepción con Trincao se extiende también desde el cuerpo técnico. Los números del portugués están ahí y Koeman ya ha dado el primer paso para intentar sacar algo más del jugador, encontrar ese clic que haga despertarle tras estos primeros meses intrascendentes en el club.
Al parecer, según Catalunya Radio, el holandés habría tenido una reunión recientemente con el jugador para transmitirle su desconcierto con su rendimiento y exponerle cómo podría mejorarlo y qué necesita de él cada vez que le da la oportunidad saltar al campo. Esta conversación con Trincao habría tenido lugar tras el partido ante el Cornellá de Copa del Rey, donde fue titular y no marcó diferencias ante un Segunda B. De hecho, su salida se dio con el 0-0 en el marcador y su relevo, Dembélé, terminó por resolver la eliminatoria ya en la prórroga.
Fue tras ese partido ante el Cornellá cuando conversaron Koeman y Trincao y el técnico le transmitió la necesidad de que encara más a sus rivales, buscara el desborde individual y sirviera pases de gol a sus compañeros. A la vez que le pedía más, también le mostró su confianza en su potencial, aunque éste aún haya aparecido, para que se siente seguro y no pierda la fe.
Ante el Rayo Vallecano fue de nuevo titular, otra vez ante un rival de categoría inferior, y no terminó de cuajar un partido redondo pero sí se le vio más afilado. El portugués protagonizó dos jugadas que fueron examinadas por el VAR por posibles penaltis. Ninguna de ellas fue pitada de primeras por el colegiado ni corregidas después desde la Sala VOR. De nuevo fue sustituido con el 1-0 en el marcador y los cambios resolvieron la eliminatoria ante los franjirrojos (1-2).
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